viernes, 23 de diciembre de 2011

NAVIDAD: DIOS BIEN CERCA DE NOSOTROS

1.- Navidad es una de las celebraciones en las cuales sentimos a Dios más cerca de nosotros. No es por casualidad: Jesús nace pero en una familia con muchas dificultades. José no era su padre biológico; María era una jovencita; aún no estaban casados, sí estaban comprometidos pero no vivían juntos hasta el tiempo del embarazo de María; José había sospechado de María porque él sabía que el niño que nacería no sería su hijo sanguíneo; además deben trasladarse lejos, más de 100 kms., para ir desde Nazaret hasta Belén para empadronarse allá por un edicto del emperador. Estas dificultades que relatan los evangelios nos predisponen para simpatizar mucho con María, José y el niño Jesús. La Biblia dice que el Espíritu Santo de Dios obró de manera especial en María para engendrar a ese bebé que, después de todo, será plenamente humano.

2.- La cercanía de Dios la experimentaron también aquellos pastores de Belén, los peones de campo que pastoreaban los rebaños de ovejas cuando recibieron la noticia de que había nacido Jesús. La Biblia cuenta que se les apareció un coro de ángeles que cantaba: “¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!”

3.- La cercanía de Dios la sintieron también aquellos sabios de oriente que descubrieron una estrella especial y por ella fueron guiados hasta Belén, donde Jesús había nacido. Viajaron desde muy lejos para reconocer al Mesías, el Rey de los Judíos, algo que les interesaba muchísimo a ellos que no eran judíos. Se dieron cuenta de que Dios quería obrar a través de Jesús y hablar al mundo, y para ellos también era ese mensaje y la persona de Jesús. Tan importante consideraron el nacimiento de Jesús que le llevaron regalos costosos: oro, incienso y mirra, presentes muy apreciados por los reyes, los sacerdotes y por las personas que gustaban de los perfumes delicados.

4.- Hay personas que no sienten a Dios cerca de ellas. No es cuestión de esperar a la Navidad para experimentar, ¡sólo una vez al año!, que Dios se acuerda de nosotros. Para eso está el mensaje bíblico y la iglesia de Cristo. Ello no quiere decir que no tengamos problemas, dolores, sufrimientos… significa, sí, que tenemos derecho a compartir nuestra vida con otras personas que también tienen sus dificultades (como las tuvieron María, José y el niño Jesús al nacer). No podemos esperar a tener todo resuelto para sentirnos agradecidos a Dios por la vida, por la familia, por la comida, por la educación. Tampoco tenemos que esperar a estar muy bien económicamente para decir: “lo hice con mi propio esfuerzo, nadie me ayudó, soy autosuficiente y no necesito de Dios ni de la iglesia”. Si los pastores de Belén y los sabios de Oriente se encontraron con Jesús fue porque tomaron en serio el mensaje de Dios para ellos (en la Biblia: mediante los ángeles por un lado y mediante la estrella por el otro). Si comunicamos el mensaje de Dios hoy es porque Dios sigue actuando, Dios sigue comunicándose con nosotros, Dios sigue manifestándose a cada uno si le damos entrada en nuestra vida. Dios no quedó solamente en la persona de Jesús. Dios existe hoy, actúa hoy y podemos sentirlo bien cerca de todos nosotros. ¡Por eso estamos aquí! ¡Por eso celebramos Navidad!

5.- Si hay sano gozo es porque Dios está presente. Si hay comunión fraternal es porque Dios está actuando. Si hay personas con fe en Jesús es porque Dios se manifiesta. Si hay voluntad para servir a otras personas es porque el Dios de Jesús también tiene hoy hijos e hijas. Si hay el deseo firme para obrar la paz es porque el mensaje de Jesús (en sus palabras y en su vida) tiene la misma vigencia hoy como ayer: la presencia de Dios no ha muerto, sino que se fortalece mediante el mensaje y el compromiso de quienes seguimos a Jesús. Si la iglesia existe, más allá de sus imperfecciones y problemas, es porque Dios le sigue dando vida, fuerza y esperanza.

Álvaro Michelin Salomon
Pastor

Donde está la fe, está el amor;
Donde está el amor, está la paz;
Donde está la paz, también está la bendición;
Donde está la bendición, está Dios.
Donde está Dios, no hay ninguna necesidad.