jueves, 22 de marzo de 2012

Tiempo de Semana Santa



«...y tanto los que iban delante como los que iban detrás, gritaban: ¡Gloria al hijo del Rey David!¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Gloria en las alturas!”.Mateo 21:9
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Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dió a los discípulos, diciendo: «coman, esto es mi cuerpo». Luego tomó en sus manos una copa y , habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, diciendo: «beban todos Uds. de esta copa...»

Mateo 26: 26 y 27


LAS SIETE PALABRAS DE JESUS
1.- «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». (Lc.23:34).
Una última oración de intercesión eleva Jesús, y la hace para pedir por sus adversarios. Éstos representan el poder injusto que hace todo lo que puede para sacarse de encima al representante de Dios, representante de la verdadera justicia y la misericordia. Cuando una persona es transparente y canta la justa, hay quienes se molestan y buscan ganar por todos los medios posibles. Pero Jesús perdona; sin fuerzas físicas, tiene aún su poder espiritual para utilizarlo a favor de quienes lo tomaron como enemigo público número uno.

2.- «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc.23:43)
Un compañero de condena reconoce que vivió equivocado, y reconoce en Jesús a quien trae el Reino de Dios. Como a Jesús, al mal viviente también le quedan pocas horas de vida, pero quiere reconciliarse con Dios. Necesita reconciliarse con la vida, consigo mismo y morir en paz. Su pasado fue trágico; lo es su presente en la cruz… pero le pide a Jesús que se acuerde de él en su Reino. Jesús lo tranquiliza, lo consuela y le transmite paz con muy pocas palabras. Más allá de las palabras y de la cruz está Dios recibiendo a Jesús y a quienes pusieron su confianza en Él.

3.- «Mujer, he ahí tu hijo… he ahí tu madre» (Jn.19:27)
Hay que recomponer la vida familiar. Faltará Jesús pero un amigo en común servirá de apoyo a María, quien ya para entonces era viuda. El ministerio humano de Jesús en el mundo llega a su fin, pero la vida debe continuar para los que quedan. Se hablará de Jesús y mucho. Si durante el ministerio de Jesús los lazos familiares de los discípulos y del propio Jesús fueron más espaciados que lo normal porque había que anunciar el Reino de Dios y su justicia, después de los eventos de Pascua habrá que seguir anunciando el Reino y a Cristo… y las familias seguirán existiendo. Por eso Jesús se preocupa por su madre y por un amigo, a fin de que ambos se acompañen mutuamente.

4.- «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mrc.15:33)
Jesús sufre y ora, y se dirige a Dios con el Salmo 22. Tanta prueba, injusticia y dolor penetran su cuerpo y su alma. Ora recordando una oración bíblica, ora desde su cruz, ora no entendiendo por qué le tiene que pasar eso. Pero no quiere una explicación racional (¿para qué?). Necesita la compañía de Dios y de sus seguidores, y necesita sentirla bien cerca, tan cerca y pegada a Él como su propia cruz. Lleva a la muerte un sufrimiento indescriptible, pero también una oración en sus labios.

5.- «Tengo sed» (Jn.19:28)
Las limitaciones de Jesús, como persona humana que era, también se muestran en la cruz. Sufre porque sufren su cuerpo y su alma. Experimenta la debilidad física de quien está asumiendo un suplicio a la vez físico y espiritual. Como tantas personas… Recibe un poco de vinagre como medicina paliativa en su fase terminal.

6.- «Consumado es» (Jn.19:30)
Misión cumplida: lo que tenía que hacer lo hizo; lo que tenía que decir lo dijo. Cumplió con Dios y su mandato de anunciar y comprometerse por el Reino solidario, el Reino de la justicia, el Reino de la paz. Anunció la liberación de la opresión y liberó. Anunció el amor de Dios y amó. Anunció el perdón de Dios y perdonó. Anunció un nuevo tiempo de gracia y libertad y se dio gratuitamente para que seamos libres. Anunció la paz, trabajó y murió por ella. Anunció la justicia de Dios para los pobres y, en la cruz, sufrió en carne propia la injusticia humana. Pero su mensaje, su vida y su entrega en la cruz no quedaron archivados en la noche de los tiempos. Cumplió, se comprometió hasta lo último y así nació la Iglesia… desde el compromiso de Jesús con los pobres, las mujeres, los niños, los enfermos, los injustamente postergados, los marginados, los que no tenían los privilegios de los poderosos, los perdidos… Como crucificado, Jesús asume la muerte de las personas más bajas de la escala social. Muerte indigna e infame, el peor castigo posible en su tiempo. Pero Jesús cumplió y su cruz es la marca de su compromiso total por la misericordia y la justicia del Reino de Dios.

7.- «Padre: en tus manos encomiendo mi Espíritu» (Lc.23:46)
Cuando los discípulos estén encerrados por temor a las persecuciones de los principales líderes judíos, Jesús resucitado les dará su Espíritu. Se los dará para que tomen valor, afirmen su voluntad para anunciarlo en el mundo y se convenzan, definitivamente, de que vale la pena seguir al Cristo viviente.
Recibirán coraje porque Jesús lo tuvo. Recibirán poder porque Jesús venció a la muerte. Podrán ser libres porque Jesús lo fue. Podrán ser justos porque Jesús abrazó siempre la justicia y la dignidad. Podrán ser auténticos porque Jesús jugó con la verdad, no con las mentiras o la corrupción o los engaños, ni las segundas intenciones. Podrán ser solidarios porque tienen como referencia la fuerza del amor de Jesús. Podrán ser realistas porque hay una cruz que llevar (el compromiso personal por Cristo en un mundo muchas veces contra Cristo y su Reino). Pero también vivirán de la esperanza porque no caminan tras una ilusión sino empujados por el Señor resucitado.
Si somos discípulos/as de Jesús, no habrá cruz que quede como realidad y palabra definitiva: viene un resplandor de eternidad que se posa en nuestro corazón y nos ilumina desde bien adentro. Resplandor del Resucitado.

Álvaro Michelin Salomon

martes, 13 de marzo de 2012

Del 5 al 8 de febrero se realizó la XLIX asamblea sinodal de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata, en San Gustavo, Entre Ríos, Argentina, bajo el lema: «Quien tenga sed, venga y beba gratuitamente del agua de la vida» Ap. 22:17.

Queremos compartir con Uds. (en forma extractada) el pensamiento del Moderador de Mesa Valdense, recomendado como lectura y análisis introductorios a los trabajos sinodales.

«Había una vez un barco de buena madera, macizo y sobrio. Sin artesanados primorosos ni decorados ostentosos. Viejo, añoso, centenario, pero altivo y orgulloso de sus hazañas. Sus marineros lo cuidaban, lo mantenían limpio. Un calabrote grueso lo anclaba firmemente al muelle de los recuerdos, pero además cientos de cabos lo ataban al mismo muelle formando una gran telaraña. El muelle, por otra parte estaba lleno de tesoros, estibas con páginas de gloria, fardos de coraje y pasión, montañas de celo evangélico, barriles colmados de paciencia divina, barricas enteras llenas de amargas miserias y miedos a tinieblas y demonios.
Muchas cosas rodeaban ese puerto prolijo con una aduana eficiente y un registro minucioso. El barco estaba preparado, pero sus marineros no miraban el horizonte, pues estaban muy atareados cada uno en su puesto, cuidando su camarote, su porción de cuerda o su aparejo preferido. En eso estaban cuando de lo alto de un cerro vieron una nube de polvo que descendía hacia ellos. ¿Qué es eso que viene? se dijeron unos a otros. «Viene el capitán» dijo el vigía, y en menos que canta un gallo el capitán estuvo allí y de un brinco saltó a bordo mirando a cada uno de sus marineros y observando todo: muelle, rostros, jarcias, los depósitos de agua… «Huele a pez» dijo; -Si mi capitán, lo tenemos bien calafateado, ni una gota de agua entrará en este barco. «¿y las velas como están?», -impecables, todo está en orden capitán-. Muy bien, dijo el capitán, mirando el horizonte, entonces: «vamos a zarpar!».
Nadie habló por un rato, el silencio gritaba, hasta que un marinero se animó a decir: disculpe, pero es que este barco está un poco viejo ¿no será peligroso?, hace tiempo que no navega…. y todos los tesoros que están en tierra no caben, tendremos que dejarlos…
El capitán miró a cada uno y les dijo: «vine aquí a navegar, tengo un viaje que emprender, una misión que cumplir, ustedes son mis amigos, mis compañeros, los necesito; juntos hicimos este barco para hacer esta travesía, pero aquí, amarrado a los recuerdos de viejas hazañas no sirve para nada, así que decidan si vienen conmigo, de lo contrario me iré como vine, a buscar otros barcos o a construir balsas o canoas, pero seguro me iré».
Ante la inmovilidad de todos, el grumete, un adolescente, cortó el calabrote principal.. y la pesada nave cabeceó y despegó su quilla de la arena. Todos se agarraron del cordaje y las balaustradas porque estaban desacostumbrados a navegar.. «todavía está pesado» exclamó el capitán «tiren al agua esos cañones, no los precisamos! «tiren al agua esas cajas que guardan rencores, son pesadas como plomo!» «y esos barriles llenos de ácido de críticas impiadosas y destructivas también» esperen! no los tiren que no quiero contaminar el mar!! Mejor déjenlos en tierra bien resguardado en el archivo del olvido».
¿Para que son estas cosas? preguntaron blandiendo un remo y un salvavidas: «para cuándo tengamos viento en contra… y para cuando tengamos que rescatar náufragos» apronten todos los que encuentres porque vamos a necesitar muchos…contestó el capitán; y volviendo el rostro al cielo ordenó: «desplieguen las velas, el viento es favorable».
Allá en la proa un viejecito comenzó a cantar con voz cascada pero tintineante de alegría «partirá, la nave partirá…» poco a poco otros se le unieron y al rato un coro de voces vibraba por doquier, mientras ligera y resuelta, la nave viraba en busca de su mejor destino.
Ptr. Marcelo Nicolau

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Algunas impresiones personales.
Esta asamblea, que es el órgano máximo de decisión de la Iglesia Valdense, se reúne anualmente para construir lineamientos que orientan su organización institucional y su vida de Fe; y congrega a más de un centenar de personas, entre delegados de comunidades, visitantes y representantes de iglesias de otras denominaciones.
Este año estuvieron presentes la vicemoderadora de la Unión de Iglesias Valdense y Metodista en Italia, Daniela Manfrini y la estudiante para diaconisa Nataly Plavan; representantes de la Sociedad Valdense Norteamericana (AWS), de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, de la Acción Apostólica Común (comunidad Toba), de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, de la Iglesia Presbiteriana Independiente del Brasil, de la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos (PCUSA), de la Iglesia Reformada de la Argentina, de la Alianza de Iglesias Presbiterianas y Reformadas de América Latina, de la Eglise Francaise de Saint-Gall, Suiza, del Cantón de los Grisones, Suiza, de la Comunidad de Iglesias en Misión (CEVAA) y, hermanos de la República de Paraguay.
Con un clima tórrido, que no refrescó a pesar de algunas lluvias, fuimos recibidos, atendidos y «mimados» por una comunidad comprometida a la que no se les escapó ningún detalle. Desde niños alegres y serviciales, jóvenes y adultos trabajaron sin descanso en organizados grupos diarios para brindar alojamiento, comidas y atención a los visitantes... lo que muestra a personas comprometidas, pero que sobre todo... tendrán recambio generacional.
El día 5 comenzó con un culto de bienvenida y a la tarde un acto de conmemoración por los 40 años de la Comunidad de Iglesias en Misión (CEVAA), cerrando el día con música a cargo de un cantautor de la provincia de Misiones.
Los devocionales diarios (creativos y dinámicos) estuvieron a cargo de tres estudiantes de teología, cuyos mensajes predisponían positivamente a comenzar la jornada. Se trabajó en seis áreas: Desarrollo Institucional, Capacitación, Comunicación, Fortalecimiento de comunidades y Liderazgo, Diaconía y Mayordomía.
Esta última área, de la que formé parte, es siempre complicada porque debe analizar y recomendar acciones tendientes a equiparar presupuestos, tarea difícil dada la complejidad de la Institución. Formar parte de dos países con expectativas macro-micro económicas diferentes, complican bastante a la hora de balancear ingresos y egresos . Se recomendó a la Administración Central, estudiar la viabilidad de separar ambas administraciones y que éstas se integren con profesionales de cada país; sin olvidar que formamos un solo cuerpo.
Otro tema muy complicado y al que debe darse prioridad, es la falta de reconocimiento legal como Iglesia Valdense por las autoridades argentinas; un tema de larga data, sin soluciones en lo inmediato de acuerdo a lo informado por el propio Moderador.
Los delegados de cada comunidad trajeron para compartir, la alegría por haber cumplido - no sin grandes esfuerzos- con las metas financieras autopropuestas el año anterior, a pesar de lo cual...se deberá seguir «remando» con poco viento, esperanzados y confiados en «nuestro gran capitán».
En el plenario del día martes cada comisión compartió sus análisis y conclusiones recomendando distintos actos sinodales.
La comisión de Diaconía viene sufriendo inconvenientes para su integración, debido fundamentalmente a la complejidad de los temas a resolver. Basta saber que la Administración Central debe velar por el buen funcionamiento de Obras de Servicio e Instituciones que involucran a más de 200 personas … la mayoría de ellas en Uruguay.
El área de Capacitación recomienda diseñar una política de capacitación y acompañamiento general que involucre a niños, adolescentes, y laicos en general para poder desempeñar las diferentes gestiones, servicios y representaciones que se espera de las comunidades.
Se da mandato sinodal para la creación de una secretaría de comunicaciones integrada por profesionales en el área, que ayude a visibilizar el accionar de la Iglesia Valdense tanto en lo interno como externamente.
El miércoles -último día- tiene una dinámica distinta: cada uno/a ejercemos nuestro derecho a elegir democráticamente a quienes por un año regirán los destinos de la Institución Iglesia Valdense y además, y no menos importante, nos representarán internamente y en el exterior.
En su totalidad - a excepción de un miembro que declinó ser re-electo, por temas personales- fue ron elegidos los mismos integrantes del año anterior; quedando conformada de esta manera: Moderador: Ptr. Marcelo Nicolau; Sra. Mabel Gonnet; Sra. Silvia Benech; Ptr. Alvaro Michelín Salomón; Sr. Mario Genre Bert. suplentes: Juan David Planchón y Ptr. Ariel Charbonnier.
Para cerrar estas jornadas.... calurosas!!!! el Pastor Alvaro Michelin nos guió en un breve culto final (ya era muy tarde y nos esperaban muchos kms hasta nuestros hogares!!) donde nos dimos tiempo para cantar alabanzas, en agradecimiento al Dios de la Vida por acompañarnos en todo momento, permitiéndonos trabajar unidos y en comunión.

Para mi fue una experiencia enriquecedora desde lo institucional hasta lo humano.

Próximo Sínodo: 3 al 6 de febrero 2013, Parque XVII de Febrero, Colonia Valdense, Uruguay.