La comunidad de IERBA, en el culto dominical, muy concurrido, fue testigo de la confirmación de Fe de las hermanas Mosquera Berger.
Aquellas «nenas» que junto a Matías y Massi y bajo la guía de Enriqueta Catalín primero, y Claudia Florentín después, inundaban el patio y el salón las tardes de sábado con charlas, dulzura e impaciencia -munidos de lápices de colores, cuadernillos, manualidades y galletitas- jugaban aprendiendo en alegre mixtura con la compañía de la infaltable Lunita moviendo el rabo.
Los años pasaron, los cuadernillos se transformaron en la «Biblia», también cambiaron los guías (laicos o pastores) y los juegos se transformaron en espacios para pensar y analizar escritos antiquísimas pero siempre actuales.
Hoy, convertidas en espléndidas jovencitas, al terminar su educación formal con Alvaro Michelin Salomón, pidieron su confirmación de esta manera:
«Hoy pedimos la confirmación de nuestro bautismo para consolidar nuestra fe personal en Cristo y en sus enseñanzas, a las cuales nos acercamos mediante nuestra educación cristiana, tanto formal como familiar».
«Queremos expresar nuestra convicción personal acerca del mensaje del Evangelio, el cual nos marca un estilo de vida que creemos bueno para nuestra vida personal y que intentamos llevar a la práctica en todas las áreas de nuestro obrar».
«Reconocemos el trascendente papel de la Iglesia en nuestras vidas, a la cual agradecemos su presencia constante en nuestra familia a través de todos sus miembros, haciendo aquí un especial reconocimiento a nuestros maestros de for-mación religiosa Claudia Florentín, Álvaro Mi-chelín Salomón y nuestro abuelo Héctor Berger».
Victoria, Eugenia y Carolina Mosquera Berger.
Que Dios las acompañe en su vida adulta y en todo momento puedan recordar que...
«El Señor es mi pastor, nada me faltará» Salmo 23