Martín Lutero (1483-1546) nació en Eisleben, Alemania. Muy joven, luego de una experiencia no muy agradable, se metió en un convento. En la búsqueda de respuestas a sus interrogantes de fe, Lutero comienza a transitar el camino de la lectura de la Biblia y por ende el de la Reforma. Se puede decir que un siglo después de Huss, Lutero plantea nuevamente el tema de la Reforma de la Iglesia. Quiere que la Iglesia vuelva al Evangelio, pero no está dispuesto a romper la unidad.
Si bien trataba de tomar distancia
de movimientos como el Valdense, el Hussita y el de Wiclif, no podía evitar que
el pensamiento de esos grupos tuviera difusión y lectura.
En la época de actuación de Lutero
(1500) desemboca toda una historia de años en los que muchos trataron
infructuosamente de renovar la Iglesia. El punto central de su aporte estaba en
la Justificación por la Fe. A pesar de
su esfuerzo por encontrar en la Iglesia de su tiempo la salvación, a través del
cumplimiento y la obediencia a la doctrina, esto no fue posible.
En 1517 Lutero escribe 95 tesis
(pensa-mientos), ideas para discutir con los pensadores de su tiempo. Estas
ideas fueron más allá de lo que el autor pensaba. Recorrieron Europa. El más
sorprendido fue el papa, que entendía que con esos pensamientos se atacaba la
unidad de la Iglesia (jerarquía).
Esto se desprende de las
afirmaciones de Lutero que sostenían que entre Dios y los hombres no podía haber
muchos mediadores (la virgen María, los santos, los papas, los obispos, los
sacerdotes). Lutero sostiene que somos salvos por Gracia a través del único
mediador Jesús.
Lutero, sin saberlo quizá, pero en
la línea de Valdo, Wiclif, Huss y otros,
insistió en que la Biblia debía estar en manos del pueblo. Lo concretó
traduciendo toda la Biblia al alemán.
Un acto que marca el momento de la
ruptura de Lutero con la Iglesia Católica Romana, es el de la bula papal
(documento oficial usado generalmente para dictámenes doctrinales) que lo excomulga. Él quema públicamente ese documento y
sostiene que «no reconoce más al papa como jefe de la Iglesia».
A partir de ahí podemos decir que se oficializa la
Reforma Protestante o Evangélica.
Tomado de un Catecismo Evangélico
de Historia de la Iglesia en uso en muchas congregaciones valdenses y en IERBA.
Felipe Melanchthon. Teólogo
protestante de tiempos de la Reforma nació en Bretten (Alemania) en 1497. A los
16 años de edad obtuvo su maestría en artes por la universidad de Tubinga,
mostrando una inteligencia prodigiosa. Como buen experto en griego y como
humanista bien impuesto en los estudios bíblicos, pronto entró en el círculo de
Erasmo, quien le admiraba. En 1518 fue a Wittenberg como profesor de griego y,
ya en su primera conferencia pública, se ganó la admiración de Lutero, con
quien vino a unirle una gran amistad que duró toda la vida. En Wittenberg
absorbió pronto la teología de la Reforma, uniendo así su formación humanista y
su gran talento con la fe bíblica correcta. En 1521 escribió su Loci Communes,
la primera sistematización de las ideas luteranas en un libro que pronto llegó
a ser el Manual de texto de teología dogmática de estilo luterano y que le fue
de gran utilidad a Melanchton en sus contactos con otros protestantes de varias
denominaciones y con los católicos. En cambio, le faltaba sentido práctico y
manifestó ciertas debilidades en situaciones de conflicto. Sin embargo, apoyado
por Lutero, ejerció gran influencia en el Coloquio de Marburgo (1529), donde se
opuso a Zwinglio en el tema de la presencia de Cristo en la Cena del Señor, y
redactó la Confesión de Augsburgo (1530) entre otros documentos que fueron muy
importantes para la causa de la Reforma.
En
Regensburgo (1541), Melanchton mostró su capacidad de diálogo, junto con Bucer,
frente a los representantes católicos Juan Eck y Gaspar Contarini, con quienes
llegaron a un acuerdo en cuanto a la justificación, acuerdo que se frustró por
la dureza de posiciones de los sectores
respectivos a quienes ni unos ni otros llegaron a persuadir. En su afán ecuménico, Melanchton llegó a firmar los artículos de Schmalkalda (1537), y admitió que si el Papa permitiera la predicación del verdadero evangelio, le concedería su superioridad sobre los demás obispos. También sostenía que muchas creencias y ritos del catolicismo eran adiáphora = sin importancia y, por tanto, era tan legítimo admitirlos como rechazarlos. Con la derrota de las fuerzas protestantes en Mühlberg (1547), Melanchton propuso el Interin de Leipzig (1548), transigiendo con los católicos en un intento de salvar lo que se pudiera de las ideas luteranas en un contexto ideológico no luterano.
Sin
embargo, fue un pensador independiente. Su doctrina sobre la Cena del Señor, se
acercaba a la posición de Calvino; en cuanto al libre albedrío, se acercaba a
Erasmo.
Tomado de:
Biografiascristianosprotestantes.blogspot.com - Felipe-Melancthon.html
Juan Calvino.
(1509—1565) Fue un
católico francés que leía mucho y conoció los argumentos fundamentales del
pensamiento luterano. Intenta junto con un grupo de intelectuales de su época,
producir una reforma en Francia, especialmente en cuanto a la Misa. Esto fue rechazado
por el Rey, quien además ordenó una dura represión contra los partidarios de la
Reforma.
Así Calvino tuvo que huir de
Francia. Es en ese tiempo de exilio que Calvino tiene un gran cambio
(«conversión») y comienza a trabajar para la Reforma en Basilea (Suiza).
Escribe la «Institución de la Religión Cristiana», un
gran catecismo protestante o suma teológica. Podemos decir que expone las ideas
de Lutero en una forma bien sistemática.
Hace varios viajes por Europa para hacer conocer el
pensamiento de la Reforma. En uno de ellos se detiene en Ginebra, Suiza. En ese
momento, Ginebra era todavía católica romana, aunque ya se sentía el avance del
pensamiento protestante.
En un momento determinante, llega a Ginebra el Reformador
Guillermo Farel. Este, que era un predicador de convicción, logra con ardientes
exhortaciones convencer a mucha gente para que se haga protestante. Esto lo logra
entre comerciantes y pueblo, aspecto que llama la atención porque hasta ese
momento la Reforma «prendía» en los círculos intelectuales y profesionales.
Es necesario reconocer, sin embargo, que muchos se
hicieron protestantes fundamental-mente para poder expulsar al obispo de la ciudad
que no era querido.
Farel buscó a Calvino y le propuso transformar
Ginebra, que según ellos, sólo pensaba en los negocios y en comer y beber bien.
Calvino no creía estar capacitado para gobernar la ciudad, pero Farel insistió hasta que Calvino aceptó el reto. El trabajo era duro, había que
convencer a la gente de que era necesario cambiar de estilo de vida. A pesar de
las dificultades, Calvino, con su trabajo y su prédica, convirtió a Ginebra en
una ciudad Reformada.
La tarea fundamental, estuvo, como
en otros casos en el estudio de la Biblia. Cada mañana antes da los horarios de
trabajo, se estudiaba la Biblia. Las explicaciones conmovieron a la gente. Así
Calvino y los pastores que lo ayudaban, buscaban que la Reforma no sólo tuviese
adhesión de corazón sino también de la mente. Paralelamente Farel y Calvino
fueron estableciendo en Ginebra una disciplina (orden) muy severa, que provocó
una revuelta contra ellos, guiada por los más ricos que eran los afectados por
los principios morales aplicados de acuerdo a las enseñanzas de la Biblia.
A pesar de algunos conflictos,
Calvino fue invitado nuevamente a conducir la ciudad. La reforma avanzó en
Ginebra, no sólo moral y bíblicamente, sino también en el campo económico, en
su organización económica.
Pero Calvino pensaba en su Francia
y allá quería llevar esta Reforma. Así,
los Calvinistas desparramados por toda Francia, y aunque eran una minoría
comenzaron a practicar las enseñanzas del reformador.
Se concretó el primer Sínodo, Asamblea democrática de
pastores y delegados de Iglesias locales que se reunían a discutir los temas de
interés (Biblia, Organización, Fe).
Quizá éste es uno de los puntos de mayor relevancia en la vida del
Calvinismo Reformado. Calvino insistió en un aspecto de la fe del Nuevo
Testamento: El Cristiano se siente seguro de haber sido elegido por Dios y destinado
a la vida eterna.
Este pensamiento que a veces es llamado «predestinación»,
era para Calvino el mensaje de la elección de Dios que sostenía a los hombres
en su fe.
Ulrico Zwinglio
(1484-1531.) Era
sacerdote, capellán de las milicias suizas que combatían en Italia. De regreso
de esa campaña, comienza una dura lucha contra esa institución de milicianos.
Conoció los escritos del humanista Erasmo y del propio Lutero y comenzó a
profundizar en el contenido de la Biblia, y así a descubrir un mensaje novedoso
para él. Llegó luego a la conclusión de que la Biblia era la única norma para
el cristiano. En ese punto ya estaba comprometido con la Reforma. A todo esto, el Obispo del que dependía Zwinglio,
envía emisarios para reprimir innovaciones hechas por él, pero la prédica y la
influencia de la Biblia llevaron a los habitantes de Zurich a romper su
relación con el papa y convertirse como Ginebra en una ciudad independiente y
Reformada.
Se podría decir que ese pensamiento
llevó a que Zurich produjera reformas más radicales en el culto, que las que
promovió Lutero... Se negó carácter sacrificial a la Misa, se sostuvo que la salvación
es por la Fe y que Cristo es la única cabeza de la Iglesia.
Se abolió el pago de derecho por
bautismo y sepelio y se destinaron los monasterios para escuelas.
Un aspecto separaba a Zwinglio de
Lutero. Mientras Lutero advirtió la presencia real de Cristo en la Santa Cena,
Zwinglio entendía la frase «éste es mi cuerpo» como simbólica, es decir que era
un memorial.
Tomado de un Catecismo Evangélico de Historia de la
Iglesia en uso en muchas congregaciones valdenses y en IERBA.