viernes, 25 de abril de 2014

DIA MUNDIAL DE ORACION

El 7 de marzo en Egipto se realizó el culto-inicio del día Mundial de Oración. Bajo el lema «Manantiales en el desierto» mujeres del DMO de ese país dieron testimonio de la importancia del agua como fuente de vida diaria, a la vez que «un pozo de agua» es un lugar de encuentro comunitario. Compartimos testimonios ofrecidos en el culto, que nos remite a situaciones poco conocidas para nosotros que disfrutamos (y muchas veces derrochamos) algo que para otros es elemental: el agua!!

1) «Yo vivo en un pueblo chico en el Egipto de hoy, y me las arreglo con lo poco que tengo.  En el pueblo las mujeres hacemos muchas cosas para alimentar a la familia. Trabajamos la tierra, alimentamos a los animales, hacemos queso y yogur y cocinamos los grandes panes chatos. Hace poco que aprendí a leer. Mis vecinas van casi todas a la mezquita, los viernes. En mi pueblo no hay iglesia, por eso, los domingos, voy a la iglesia en la ciudad, con mi familia. Damos gracias a Dios y le alabamos por el Nilo y sus lagos. Este río que viene de África Central riega nuestros campos, calma nuestra sed y nos provee de cantidades de pescado que podemos comer. Es el segundo más largo de los ríos del mundo y nos une con pueblos de otros países y diferentes culturas. Y sus aguas que corren simbolizan el agua de vida que Jesús nos ofrece a todos».
 
2) «El agua es esencial para la vida. Una fuente o un manantial son la reserva de agua que se necesita para vivir en el desierto. Aprendí que en hebreo la palabra para decir «fuente» es igual a la palabra para decir «ver». Me imagino que yo estoy sentada al lado del pozo, mirando hacia abajo. El agua es como un espejo. Me veo a mí misma, pero además, mirando más de cerca, veo todo el mundo, veo que se forman corrientes de agua en el desierto. Veo a Jesús que ofrece su agua viva y veo a los jóvenes y las mujeres que van y ofrecen esta agua viva a todas las personas que encuentran. Puedo ver que Dios transforma los desiertos de desolación, desesperación y destrucción en corrientes de agua de amor y de vida.»