martes, 23 de septiembre de 2008

JUAN CALVINO- El Reformador de Ginebra (2° parte)



Con motivo de conmemorarse en 2009 el quinto centenario del nacimiento de Juan Calvino, en el número anterior de “El Mensajero” iniciamos la publicación de una síntesis del libro del pastor Giorgio Tourn con el título de más arriba. Hoy nos referiremos al capítulo:
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2) HUMANISTA
A) Abogado
La Paris del siglo XVI está muy lejos de ser la capital de la Francia tal como hoy se la conoce: en las provincias quedan activos, importantes centros con sus parlamentos y universidades y donde conservan su prestigio pequeñas cortes de antiguos reinos. A la Universidad de Orleáns que había tenido a Erasmo como docente de literatura clásica y a Reuchlin de hebraico, se dirige Calvino para seguir a uno de los más grandes juristas de la época: Pierre de l'Estoile, representante de la tradición jurídica francesa y se forma en su escuela. Sus amistades, todas del ambiente estudiantil, son serias y seguras y algunas se mantendrán firmemente aún cuando la cuestión religiosa los dividirá.
El Calvino de esa época continúa siendo el muchacho de Noyon aunque haya crecido, poco inclinado a la vida de los estudiantes, más bien reservado, de salud no muy brillante y religioso como todos. Goza de la estima de sus maestros y también de sus compañeros, al punto de elegirlo como su representante.
En 1529 se transfiere a Bourges, la tierra de Juana de Arco, para conocer un nuevo profesor, una luminaria del derecho llegado de Italia, Andrea Alciati.
Aquí comienza también a estudiar griego con Colmar, un alemán que será expulsado por ser luterano, lo mismo que el primo de Calvino; Pierre Robert (llamado Olivetan) por ser evangélico convencido. Ambos hombres parecen haber ejercido alguna influencia sobre Calvino en materia religiosa.
Fiel a la fe católica sin ser fanático, en 1531 debe ir a Noyon en ocasión de la muerte de su padre que había sido excomulgado a causa de un litigio con el Capítulo y por lo cual se le negaba sepultura religiosa. El joven debió entablar largos trámites para lograr las exequias deseadas. No obstante, sus relaciones con el obispado se mantienen excelentes, tanto que el beneficio obtenido en 1521 es todavía sustanciosamente aumentado.
La desaparición del padre afectó seriamente a nuestro personaje y la figura fuerte y competente de aquél quedará por siempre presente en la vida del hijo, al punto que en los momentos decisivos de su vida, Calvino encontrará su presencia en su camino personificada por Farel en Ginebra y por Bucero en Estrasburgo, y precisamente a través de la autorizada voz de estos hombres percibirá su vocación.
Obtenido el título de abogado en 1532, Calvino se transfiere a París, pero no para ejercer la profesión sino para frecuentar el Colegio de Francia, instituto universitario que está sustituyendo a la Sorbona, donde profundizará sus estudios de Latin y griego.
Después de algunos meses Calvino publica su primer trabajo, un tratado de filosofía moral, el “De clementia” de Anneo Séneca. Este hecho es interesante porque se trata de un texto que ya Erasmo había comentado y nuestro joven no duda en medirse con el gran maestro con una pizca de presunción juvenil. Importante es también que se trata de un ensayo de política.
O sea, Calvino comienza a interesarse en política.
La idea que uno puede hacerse de nuestro joven abogado en ese período parisiense es el de un estudioso brillante, agradable conversador, en busca de celebridad, o sea un representante de aquel ambiente culto, la aristocracia del estudio, que el humanismo sustituyó en el clérigo medieval.

En la Francia de aquellos días el problema religioso está al orden del día: en París se formó un grupo de creyentes de fe evangélica alrededor de un rico mercader, Etiènne de la Forge, que morirá mártir. Por haber predicado el evangelio dos eclesiásticos son quemados vivos en la plaza de Grève, que se hará célebre por sus hogueras. En Meaux un grupo de cardadores que leía las Escrituras y predicaba, fue desbaratado.
No sabemos si estos hechos tuvieron alguna influencia sobre el pensamiento religioso de Calvino, pero al decidir su destino será un hechos externo un hecho totalmente casual.

B) El Sire d'Espeville
El año académico 1533 de la universidad parisina se abrió en una iglesia de franciscanos observantes, con un discurso de su rector Nicola Cop, amigo de Calvino, en el que comenta las bienaventuranzas evangélicas leyéndolas a la luz de la doctrina de la justificación por fe, tal como lo predicaba Lutero y que en aquellos años constituyó para muchos un descubrimiento, un anuncio liberador, al proveer la clave de lectura para la revelación cristiana entendida como mensaje de gracia.
El mundo intelectual parisino es convulsionado por este discurso, al punto que la Sorbona denuncia la herejía luterana. Al intervenir el Parlamento, Cop evita el arresto refugiándose en Estrasburgo. Dado que Calvino se siente implicado por haber participado activamente en la redacción de tal discurso de Cop, decide alejarse de París con el falso nombre de sire d'Espeville, del cual no es fácil seguir sus continuos desplazamientos. Se sabe sólo que por un tiempo estuvo en la casa de un amigo discípulo de Lefèvre, donde escribe la obra “Psychopannychia”, un ensayo polémico contra la tesis del sueño de las almas después de la muerte sostenida por los anabaptistas.
En abril de 1534 Calvino se presenta en la corte de Margarita de Navarra en Nérac, la cual aunque sin declararse nunca abiertamente evangélica, seguirá contactándolo. Allí se critica la corrupción del clero y las supersticiones papistas, pero apenas asoma alguna amenaza de persecución ese mundo se dispersa como una bandada de pájaros. En mayo del mismo año se presenta al Capítulo de la catedral de Noyon para renunciar a los beneficios eclesiásticos de que gozaba. Meses después se lo encuentra en Poitiers, huésped de amigos influyentes que por su fe la pagaron con su vida.
En todo este período de vida clandestina vemos cómo Calvino va saliendo del catolicismo reformista de Nicola Cop para acercarse lentamente al mundo religioso reformado. Los grupos evangélicos que puede haber encontrado no son grupos organizados, sino encuentros espontáneos de creyentes constituidos por laicos cultos, hombres del pueblo, todo de modo informal.
De la experiencia de esos años derivan su concepción de la iglesia, no una institución sino una comunidad de creyentes, cuyo elemento constitutivo está representado por la presencia del Espíritu, su concepción de la fe como confianza absoluta en Dios, de la Santa Cena como encuentro con el Cristo viviente. No se trata de pensamientos abstractos de elaboración conceptual, sino de confrontaciones vividas.

c) Conversión
En 1534 se produce todo un escándalo en París al aparecer fijados en las calles y en el mismo palacio real, carteles contra el abuso de la misa papal al considerar que ella constituye en sí una blasfemia al ser único el sacrificio de Cristo, una vez por todas, y que no puede repetirse a través de su presencia en la hostia. Este acto provocatorio había sido inspirado por Harcourt, un predicador que se había exiliado en Neuchâtel, fundándolo en el texto de la Epístola a los Hebreos. Es así que ese texto se convierte para los evangélicos franceses en el texto de referencia para la fe y la Reforma, como había sido la Carta a los Romanos para Lutero.
Negar la misa significa anular el sacerdocio, la jerarquía, el papado; no sólo reformar la iglesia tradicional, sino demolerla. A esta situación la Francia tradicional responde en 1535 con una procesión expiatoria en la cual el soberano toma parte, descalzo y con un cirio en la mano, seguido por la corte y por dignatarios en seis etapas, cada una de las cuales era marcada por una hoguera en la cual ardían otras tantas víctimas.
Con la anuencia de Francisco I se multiplican las condenas a muerte, las hogueras y las decapitaciones de todos aquellos acusados de haber atacado a la iglesia, por lo cual el único camino posible para un creyente es el exilio o el martirio. Es así que a fines de ese año 1534 Calvino, sospechado en materia de fe desde el punto de vista de la Sorbona deja Francia para refugiarse en Estrasburgo. Es posible que a esta decisión haya contribuido el temor a la represión, pero más seguramente porque ha hecho una elección: habiendo definitivamente roto con aquella que ahora no puede más ser considerada la iglesia de Jesucristo, y no esperando más nada de Roma y de una posible reforma, se ha alineado de modo definitivo con el evangelio.
En toda esta experiencia vivida Calvino vio confirmado lo que Pablo escribe a los romanos: “Aquellos a los que Dios ha justificado, también los ha llamado y aquellos que ha llamado también los ha predestinado…”. Como la justificación por la fe había sido para Lutero la respuesta evangélica a su atormentada búsqueda de Dios, así podría leerse la predestinación, que será luego característica de su predicación, no como fruto de una elaboración doctrinal, de una búsqueda teológica, sino como el resultado de la experiencia personal.

D) Exiliado
Después de una breve estadía en Estrasburgo, Calvino pasa a Basilea, ciudad en gran parte evangélica como una gran porción de la Suiza nororiental. Por otro lado, era uno de los refugios privilegiados para todos aquellos que huían de la persecución religiosa: el italiano Celio Curione, el francés Guillaume Farel, algunos alemanes anabaptistas y, no casualmente, Erasmo, patriarca de la cultura europea. Orgullosa de su tolerancia, la ciudad de Ecolampadio es también un centro de alta cultura, donde los tipógrafos imprimen a gran ritmo Biblias y tratados.
El primer trabajo que Calvino emprende en Basilea es la revisión y presentación de la traducción de la Biblia en francés que su primo Olivetán está llevando a cabo por encargo de los valdenses. Será impresa en Neuchâtel en 1535 y el tipógrafo será Pierre de Vingle, el mismo de los carteles que habían aparecido pegados en París el año anterior. La impronta de Calvino sobre esta primera Biblia protestante es doble: lingüística y teológica. Olivetán, excepcional conocedor del hebraico domina el francés menos que Calvino, que como hombre de letras sabe darle mayor claridad y precisión al texto de su primo, filológicamente correcto pero lingüísticamente retorcido.
El trabajo sobre la Biblia de Olivetán es seguido por la redacción de la “Christianae Religionis Institutio” que se presenta en la Feria de Francfort en 1536, un verdadero best-seller de 300 páginas en el que Calvino expone con palabras simples, claras, comprensibles para todos, en qué términos un creyente evangélico expresa su fe. Lo hace comentando los Diez Mandamientos, el Credo, el Padre Nuestro y los Sacramentos.
Por este libro Calvino pasa de ser un ilustre desconocido a una de las personas más notables sobre la escena religiosa europea. Este éxito no se debe a los pensamientos y tesis expuestos, sobre los cuales ya se había escrito, sino a su claridad y a su orden.
Tal vez más que el tratado llama la atención la carta que lo acompaña dirigida a Francisco I, tomando la defensa de la fe evangélica y de sus correligionarios calumniados y perseguidos en Francia, todo ello en un lenguaje privado de arrogancia y de retórica pero insistente y claro.
Mientras su libro se va difundiendo en Europa, Calvino parte de Basilea para Italia con destino, Ferrara, donde reside Renata de Francia. Esta mujer de alta cultura, aunque católica, ve con simpatía las ideas evangélicas y, lo mismo que su prima Margarita, mantendrá luego una intensa correspondencia con Calvino.
De Italia vuelve a París y de allí a Noyon para arreglar algunos asuntos familiares. De aquí vuelve a Estrasburgo y luego a Basilea, pero pasando por Ginebra dadas las hostilidades franco-imperiales.

LA BIBLIA LLEGA A NUESTRO BARRIO


Por la mañana de 11 a 12 hs: en la calle Cabildo, entre Sucre y Virrey del Pino, se distribuirán folletos, invitando para las actividades de la tarde en la Iglesia Evangélica Luterana Unida - Amenábar 1767.

Por la tarde, de 17 a 18 hs.
«CINCO MINUTOS CON LA BIBLIA»- lectura y puesta en común de la idea sugerida por el texto. Para jóvenes y adultos.
«LA BIBLIA Y EL ARTE», lecturas breves que podrán plasmarse en dibujos o modelado. Para niños/as de 7 a 14 años.
En ambos talleres habrá música y los 15 minutos finales
serán para un cierre con oración y canto.
Participan: Iglesias Anglicana, Presbiteriana, Católica Romana. Luterana Argentina ,Luterana Unida, Evangélica del Río de la Plata, Alianza Cristiana y Misionera, Reformada de Buenos Aires, Metodista y Discípulos de Cristo.