miércoles, 16 de diciembre de 2015

El Cedro de Navidad
 
Cecilia buscaba un pinito para convertirlo en árbol de navidad. Finalmente lo encontró en un vivero: era un cedro. El último de todos los que allí había. No lo quería llevar porque su tallo no era recto sino que estaba torcido. Pero a Cecilia le gustó tanto que decidió llevarlo. Lo compró con pesitos y monedas que había ahorrado durante meses, y ya en su casa lo vistió con cintas, bolsas de vidrio, muñecos de trapo, globos de papel… Fue la delicia de sus Navidades durante varios años. Cecilia y el árbol crecían juntos. Un día la lata donde estaba el cendro resultó chica. Con ayuda de su papá sacaron al árbol de allí y lo plantaron en la tierra.
Entonces tomó vigor, enderezó su tronco, estiró sus ramas; ambos, Cecilia y el cedro, se convirtieron en adultos; poco tiempo después Cecilia se casó y su árbol era el más alto del barrio. Pasaron muchos años. Una noche el viento sopló tan fuerte que casi derriba el cedro. Había quedado muy inclinado haciendo peligrar a quienes se acercaban. Cecilia dijo: "hay que talarlo"; y se puso triste pensando en los tantos años que había convivido con su cedro.

Su esposo, que era carpintero, con sus manos llenas de fuerza y de amor transformó el cedro en una cama. La cama del hijo que Dios les había dado. Y así aquel cedro que alegró y adornó tantas navidades, se transformó en cama donde descansar. El cedro es símbolo de vida, de permanente color verde, como el permanente amor de Dios que nos da esperanzas.
 
 
"Pero yo estoy de Como olivo verde en la casa de Dios;
En la misericordia de Dios Confío eternamente y para siempre"
Salmo 52:8
Extraida de tarjeta de Navidad de Pastoral escolar. - Iglesia Luterana 2015.
 
 


LA PRIMERA NAVIDAD

Soy el evangelista Lucas: Me preocupé por escribir las relaciones entre Elisabet y María antes de los naci-mientos de Juan y Jesús. Me interesan ciertos detalles que ayudan a comprender mejor a las personas, las situaciones familiares y ciertos pormenores que intervienen en la relación entre Dios y los creyentes. P.ej. escribí sobre lo que experimentó el sacerdote Zacarías, padre de Juan el Bautista, cuando tuvo una revelación especial en el templo de Jerusalén. También conté algunos episodios entre dos embarazadas, Elisabet y María, parientes entre sí. Primero quedó embarazada Elisabet, la esposa de Zacarías, siendo que estaba fuera de la edad de concebir.

Posteriormente relaté la revelación a María, una joven mujer de Nazaret de Galilea que estaba comprometida con José, un descendiente del rey David. María recibió una revelación del Señor diciéndole que va a tener un hijo, el cual se llamará Jesús y se transformará en un rey muy especial para Israel y la humanidad toda.
Después ocurrió que María fue a visitar a Elisabet, a un pueblo de la región de Judá. Las dos se alegraron mucho y María cantó una canción con letra impactante: por un lado es una alabanza personal al Señor; por otro lado es una canción sobre la justicia social de Dios, su misericordia para con los pobres.

Después de quedarse María en la casa de Elisabet por unos tres meses, María volvió a Nazaret y le nació el hijo a Elisabet y Zacarías. Le pusieron de nombre Juan. Zacarías, por agradecimiento a Dios, entonó una canción de gratitud por el nacimiento de Juan y el ministerio que cumplirá en Israel.

La historia continúa con el nacimiento de Jesús. José y María debieron dejar Nazaret para viajar a Belén de Judá, a varios días de viaje rumbo al sur, por un censo que el emperador romano mandó realizar en todo el imperio. José debió trasladarse al pueblo donde nació el rey David, su famoso antepasado. María ya estaba embarazada y el bebé nació en Belén, como David, pero no en una casa sino en un establo sin comodidad, sin compañía ni ayuda humana más que la del propio José. Con todo, bien pronto unos pastores de ganado recibieron la noticia como revelación de Dios de que había nacido alguien que sería muy importante para el pueblo: «Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto les servirá de señal: hallarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2:11-12).
Un canto de ángeles acompañó esta inmensa alegría y la canción decía: «Gloria en las alturas, paz en la tierra a todos los que gozan de su favor» (v.14).
A los ocho días de nacer la familia circuncida a Jesús de acuerdo a la ley hebrea. Le ponen por nombre Jesús y más tarde lo llevan a presentar al templo de Jerusalén. Allí conocen a un anciano muy justo y piadoso de nombre Simeón. También conocen a Ana, una profetisa anciana que comenzó a hablar de Jesús a los asistentes al templo.
 
Soy el evangelista Mateo: No escribí tanto como Lucas sobre el tiempo antes del nacimiento de Jesús y cuando nace, pero tengo mi narración que he compartido en el evangelio. Fue José, por lo que yo sé, quien recibió una revelación de Dios. José quedó sorprendido del embarazo de María, siendo que ellos aún no estaban casados. Pero fue tranquilizado con la noticia de que Dios tenía ese plan porque Jesús salvará al pueblo de sus pecados. Dios obra a través de su Espíritu, más allá de lo que podemos comprender. Hay situaciones que sólo exigen de nosotros confiar en la acción de Dios, aunque no las podamos explicar como quisiera nuestra razón. Ya el profeta Isaías se había anticipado al respecto sobre un niño a quien lo llamó por un seudónimo: Emmanuel = Dios con nosotros.

Mi narración continúa con la visita de los sabios de Oriente. Desde muy lejos llegaron unos académicos que habían investigado en la Biblia Hebrea (A.T.) y relacionado su estudio con la aparición de una rara y luminosa estrella. Siguiendo esta estrella, llegaron a Jerusalén preguntando por el Rey de los Judíos que ha nacido. El rey Herodes se puso colérico y mandó averiguar de qué se trataba eso, pero no le gustó nada de entrada. Los sabios llegan a Belén y encuentran a Jesús. Le ofrecen caros regalos dignos de reyes y sacerdotes. Jesús, hijo de una familia pobre, humilde y sencilla de Israel, es reconocido por los visitantes como el Hijo de Dios quien es digno de ser respetado, amado y seguido. En Jesús, Dios ofrece lo mejor para la humanidad.
Después escribí sobre la fuga de la familia de José a Egipto, por una persecución cruel que desató el rey Herodes contra los niños menores de dos años que vivían en Belén y sus alrededores. A la muerte de Herodes, esta familia regresa a Israel pero se van a vivir a Nazaret de Galilea, pues consideran que Galilea es una región políticamente más segura que Judá o Judea.

Los evangelios nos hablan de muchas personas alrededor de Jesús: sus propios familiares y parientes, los pastores de Belén como visitadores, los ángeles como anunciadores y cantantes, los sabios de Oriente como visitadores y personas generosas con sus bienes…

Nosotros no somos ni Lucas ni Mateo pero podemos tener nuestra propia versión sobre Jesús, quién es Jesús para nosotros, por qué lo seguimos, qué podemos aprender de Él, por qué es importante para nuestras vidas. Algunos son buenos para escribir, otros para hablar, otros para pintar, otros para hacer música con instrumentos o cantar, otros para actuar en obras de teatro, otros para organizar eventos, otros para preparar comidas… Que cada una de nuestras vidas sea, a su modo, un testimonio viviente de la presencia de Jesús. En Jesús Dios se alegra con nosotros, viene a vivir con nosotros, quiere entrar en nuestras casas, en nuestro templo, desea instalarse en nuestros corazones para no irse nunca más. Que cada uno de nosotros pueda ser un pesebre humano donde el amor de Jesús se encuentre a gusto para siempre.

Álvaro Michelin Salomon
 
(Footnotes)
1 -El evangelista Lucas relata el tiempo previo y el nacimiento de Jesús en Lc 1—2; el evangelista Mateo, por su parte, en Mt 1:18

—2:23. El evangelista Marcos comienza su narración con la adultez de Juan el Bautista y Jesús. El evangelista Juan, por su lado, después de una parte introductoria dedicada a la teología de la Creación con Cristo preexistente como Palabra o Verbo junto al Creador, también comienza sus relatos con Juan el Bautista y Jesús adultos.


miércoles, 7 de octubre de 2015

Juan Calvino: comentario Epístola a los Romanos







Cuadro de texto: ROMANOS 1:16-17
16- Porque no me avergüenzo del evangelio porque es potencia de Dios (41) para salud a todo aquel que cree; al Judío primeramente y también
al Griego. 17 Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en fe; como está escrito: más el justo vivirá por la fe.
(42) 16. Porque no me avergüenzo del evangelio: porque es potencia de Dios para salud.
Comienza así el Apóstol, tomando la delantera, y advirtiendo que no se inquieta por las burlas de los perversos, sino que procura ensalzar la doctrina del Evangelio, para que no parezca menospreciable a los romanos. Ciertamente, da a entender que ella es despreciable para el mundo, al decir que no se avergüenza de ella; más por este medio los prepara para sufrir el oprobio de la Cruz de Cristo, a fin de que no desestimen al Evangelio, cuando lo vean como objeto de las risas y burlas de los inicuos. Pero, por otra parte, muestra cuán excelente es para los creyentes; porque en primer lugar, si debemos apreciar la potencia de Dios, ella es la que resalta en el Evangelio, y si la bondad de Dios es digna de ser deseada y amada, el Evangelio es el instrumento de esa bondad. En verdad, pues, debemos honrarlo y estimarlo mucho, sabiendo que el  poder de Dios merece tenerse en gran reverencia y, por otra parte, siendo el Evangelio el camino de nuestra salvación, debemos amarle. Notemos lo mucho que San Pablo atribuye al ministerio de la Palabra cuando asegura que Dios despliega en ella su virtud para salvar a los hombres; porque el Apóstol no habla aquí de ninguna revelación secreta, sino de la palabra predicada. De donde deducimos que, cuantos rehúyen la predicación, rechazan deliberadamente el poder de Dios, y alejan de sí mismos su mano poderosa extendida para libertarles.

Por lo demás, la predicación del Evangelio no opera eficazmente en todos, sino solamente cuando el Espíritu, dueño del hombre interior, ilumina los corazones; por eso el Apóstol añade: a todo aquel que cree, (43)  y en verdad el Evangelio es presentado a todos para salvación, mas su poder no aparece en todos. Sin embargo, aun cuando él sea olor de muerte (44) para los perversos, no es por culpa suya, sino por causa de la maldad humana. Al mostrar un solo camino de salvación echa fuera toda otra confianza, y quienes rechazan esta única salvación se condenan por el Evangelio. Así pues, convidando por igual a todos, el Evangelio, a la salvación, con razón y rectamente puede ser llamado doctrina de salvación, porque presenta a Cristo, cuya misión propia es la de salvar lo que se había perdido; mas quienes rehúsan salvarse por El es menester que lo sientan como juez. En cuanto a la palabra salud, (45) por todas partes en las Sagradas Escrituras es opuesta a los términos perdición y ruina. Cuando la encontremos en algún pasaje es menester observar de qué se trata en él. Y como el Evangelio nos liberta de la ruina y maldición de la muerte eterna, la salud del Evangelio es la vida eterna. Al Judío primeramente y después al Griego. Bajo la palabra griego el Apóstol comprende a todos los paganos, y así se entiende por la comparación que hace, pues con estos dos nombres ha querido designar a toda la raza humana. Es verosímil que haya elegido entre todas las naciones a Grecia, como representante de todos los pueblos, porque después de los judíos, esa nación fue la primera en recibir la participación en la Alianza del Evangelio; además, porque a causa de su proximidad y de su idioma, que era muy conocido, los griegos eran más tratados por los judíos que los demás pueblos. Hay, pues, en este modo de hablar, la figura llamada sinécdoque (46) por medio de la cual une a los paganos con los judíos en la participación del Evangelio. No obstante, jamás separa el Apóstol a los judíos del rango y orden en que Dios los puso, porque ellos fueron los primeros en la promesa y vocación; les concede, pues, esta prerrogativa; pero les hace compañeros de los paganos, aunque colocándolos en un grado inferior y secundario.

 

17. Porque en él la justicia de Dios se descubre (49) de fe en fe.

Esta es una declaración y confirmación del asunto precedente, es decir, que el Evangelio es el poder de Dios para salvar; porque si nosotros buscamos la salvación o sea la vida cerca de Dios, es menester, primeramente, que busquemos la justicia, por la cual, siendo reconciliados con El obtenemos, si El nos es propicio, la vida, que consiste totalmente en su buen afecto hacia nosotros. Para ser, pues, amados por Dios es preciso, necesariamente, que seamos justos, pues en Dios hay adversión por la injusticia. Quiere, por tanto, decirnos que nuestra salvación está sólo en el Evangelio, porque no existe otro camino por el cual Dios nos justifique y su justicia nos libra de la condenación. Porque esta justicia, que es fundamento de nuestra salvación, es revelada en el Evangelio; de ahí que el Evangelio sea llamado potencia de Dios para salvación. Así, el Apóstol, deduce la causa por el efecto que de ella procede. Notemos una vez más, que tesoro tan excelente y de tanto precio el Señor nos concede en el Evangelio, es decir, la comunicación de su justicia. Por justicia de Dios, entiendo una justicia por el juicio de Dios, ya que, por el contrario, el Apóstol acostumbra a llamar justicia humana la estimada y declarada por la opinión de los hombres, aunque en verdad ésta no sea sino humo. A pesar de esto, no dudo que San Pablo tenga en cuenta y haga alusión a muchas profecías, en las cuales el Espíritu Santo, casi siempre, celebra y magnifica la justicia de Dios en el reino de Cristo, que estaba por venir. Las otras, explican la justicia de Dios por los términos: que nos es dada por Dios. Confieso que las palabras encierran este sentido. Dios nos salva justificándonos por el Evangelio, aunque de todos modos, la primera exposición me parece más conveniente y no deseo discutirla demasiado. Hay otro punto que merece más nuestra atención: algunos piensan que esta justicia no consiste solamente en la remisión gratuita de los pecados, sino, en parte también, en la gracia de la regeneración. Yo entiendo que somos restablecidos en la vida, porque el Señor nos reconcilia consigo gratuitamente, y de esto ya trataremos con más amplitud cuando analicemos el pasaje correspondiente. Además, mientras que el Apóstol dice que tenía delante de sí a todos los creyentes, menciona ahora la fe, porque la justicia ofrecida por el Evangelio la recibimos por la fe. Después, dice en fe, pues mientras nuestra fe avanza, y según aprovechemos en su conocimiento, la justicia de Dios crece también, aumentando en nosotros, siendo por así decirlo tanto mejor establecidos y confirmados en su posesión. Desde el instante en que gustamos el Evangelio, contemplamos ya el rostro de Dios feliz y amable, aunque desde lejos, porque a medida que adelantamos en el temor de Dios, vemos más clara y familiarmente su gracia, como si nos aproximásemos más a algún objeto para verlo mejor. En cuanto a lo que piensan algunos sobre estas palabras, diciendo que encierran tácitamente una comparación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, digo que eso es un comentario muy sutil, (50) pues San Pablo no compara en este pasaje a los cristianos con los Padres que vivieron bajo la Ley, sino que se refiere únicamente a nuestro avance en el camino de la fe. Como está escrito: el justo vivirá por la fe. El Apóstol demuestra esta justicia de la fe por el testimonio del profeta Habacuc, pues éste, al profetizar la ruina de los soberbios, dice, a la vez, que la vida de los justos consiste y se afirma en la fe. Porque si nosotros no vivimos delante de Dios más que por la justicia, se comprende que nuestra justicia descansa en la fe. Emplea el tiempo futuro diciendo vivirá, para indicar la firme perpetuidad de esta vida a la cual se refiere, como si dijese que será, no transitoria, sino eterna; pues los perversos, por su parte, están bien engreídos con una vana fantasía de vida, (51) pero: «Cuando ellos digan: paz y seguridad, entonces les sobrevendrá una muerte repentina» (1 Tes. 5:3). Esa vida, en la cual ellos se apoyan, no es pues más que una sombra fugitiva; solamente la fe conduce a una vida verdadera. ¿Y de dónde puede proceder si no, de que ella nos une a Dios y coloca nuestra vida en El?  San Pablo no emplearía este testimonio si la intención del profeta no hubiera sido afirmar que nuestra situación es segura y firme, cuando por la fe reposamos en Dios. Ciertamente, él no atribuye a la fe la vida de los creyentes, más que cuando estos, reprobando y condenando el orgullo del mundo, se colocan únicamente bajo la protección de Dios. Es cierto que no trata deliberadamente este punto doctrinal, ni hace mención alguna de la justificación gratuita, pero considerando la naturaleza de la fe, este testimonio está bien y es rectamente aplicado al asunto. Además, el argumento empleado por el Apóstol, nos obliga a reconocer la existencia de una mutua correspondencia entre la fe y el Evangelio, pues al decir: el justo vivirá por la fe, deduce que esa vida se recibe por el Evangelio. [p 42] Tenemos, pues, el fin principal de esta primera parte de la Epístola: que somos justificados por la sola misericordia de Dios, por la fe. Es verdad que tal cosa no se encuentra todavía expresada literalmente por San Pablo, mas por la deducción que sigue, se ve fácilmente que la justicia

Cuadro de texto: JUAN CALVINO fue uno de los grandes reformadores de la iglesia europea en el Siglo XVI. Nació en Noyon, Francia, el 10 de junio de 1509, y murió en Ginebra, Suiza, el 27 de mayo de 1564. Dedicó su vida a escribir comentarios bíblicos y teológicos, a predicar, aconsejar sobre la ética protestante, especialmente en Ginebra,  y a redactar versiones de los Salmos para el canto congregacional. Propuso también una nueva liturgia cristiana, fundó la Facultad de Teología en Ginebra  y diseñó la vida eclesial sobre la base de cuatro ministerios: el del pastor, de los ancianos, diáconos y profesores de teología. Su influencia directa se hizo sentir asimismo en la ciudad de Estrasburgo. Sus enseñanzas traspasaron rápidamente las fronteras de Suiza y Francia. La Iglesia Valdense se incorporó a la familia de iglesias calvinistas o, propiamente dichas, «reformadas». Para las iglesias que derivan directa-mente de Lutero se utiliza el apelativo «luteranas».tiene su fundamento en la fe, si está apoyada en la misericordia de Dios.

 

Notas al pie.

(41) 1 Cor. 1:18. - (42) Habacuc 2:4. Gal. 3:11. - (43) «A todos los creyentes», en el original. N. del T. (44)  «Olor de muerte», equivale a «lo que desagrada a Dios», sean cosas o personas; en este caso significaría que el Evangelio «desagrada» a los perversos. Puede tomarse también aquí como «sentencia de muerte». N. del T. (45) «Salud» en término teológico equivale a «salvación». N. del T. (46) «Sinecdoque» es una figura gramatical que consiste en poner «una parte» por «el todo» o al revés. N. del T. (49) «Le revela», en el original francés. N. del T. - (51) Una vida imaginaria. N. del T. Tomado de: JUAN CALVINO: Comentario a la Carta a los Romanos, Ed. Libros Desafío, Grand Rapids, Michigan, EE.UU., 1ª ed. en 1977, última ed. en 1995:



Cuadro de texto: ROMANOS 1:16-17
16- Porque no me avergüenzo del evangelio porque es potencia de Dios (41) para salud a todo aquel que cree; al Judío primeramente y también
al Griego. 17 Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en fe; como está escrito: más el justo vivirá por la fe.
(42) 16. Porque no me avergüenzo del evangelio: porque es potencia de Dios para salud.


Calvino_Comentario_a_la_Epístola_a_los_Romanos.pdf (Footnotes)

REFORMA PROTESTANTE


Calvino fue el líder de la Reforma y el padre espiritual de Ginebra- Suiza, Farel fue el primero en predicarla en la misma ciudad, Beza fue el sucesor de Calvino y el encargado de profundizar su doctrina y Knox fue un predicador escocés, amigo de Calvino que posteriormente funda del presbiterianismo en Escocia. Por detrás de sus estatuas, ubicadas sobre un alto pedestal, está la leyenda: 

Post Tenebras Lux  (después de la oscuridad, la Luz)

En los laterales de las estatuas mayores, hay otras estatuas menores de otros protestantes importantes, algunas inscripciones, bajorrelieves y un memorial de Martin Lutero y otro de Ulrich Zwinglio, responsable de la Reforma en Suiza.

lunes, 21 de septiembre de 2015

CÓMO ENCONTRAR AYUDA EN LA BIBLIA

COMO DESCUBRIR LA VOLUNTAD DE DIOS

SALMO 15: "Odio la gente hipócrita, pero amo tu enseñanza.
Tú eres quien me ampara y me protege; en tu palabra he puesto mi esperanza.
¡Aléjense de mi, malvados, que quiero cumplir los mandatos de mi Dios!.
Dame fuerzas, conforme a tu promesa, y viviré; ¡no defraudes mi esperanza!.
Ayúdame, y estaré a salvo; así cumpliré siempre tus leyes.
Tú desprecias a  los que se apartan de tus leyes, porque sus pensamientos no tienen sentido.
Los malvados de la tierra son para ti como basura; por eso yo amo tus mandatos.
Mi cuerpo tiembla de temor delante de ti; ¡siento reverencia por tus decretos!.
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MIQUEAS 6:6-8: ¿Con qué me presentaré a adorar al Señor, Dios de las alturas? ¿Me  presentaré ante él con becerros de un año. Para ofrecérselos en holocausto?
¿Se alegrará el Señor, si le ofrezco mil carneros o diez mil ríos de aceite? ¿O si le ofrezco a mi hijo mayor en pago de  mi rebelión y mi pecado?.
El Señor ya te ha dicho, oh hombre, en qué consiste lo bueno y qué es lo que él espera de ti: que hagas justicia, que seas fiel y leal y que obedezcas humildemente a tu Dios.
 
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Mateo 5.14-16: Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se le pone en alto para que alumbre a todos  los que están en la casa.
Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo”.
 
 

lunes, 7 de septiembre de 2015

SETIEMBRE: MES DE LA BIBLIA


Cómo encontrar ayuda en la Biblia

La Biblia tiene sabiduría para circunstancias especiales varias: ¿Cómo descubrir la voluntad de Dios? ¿Cómo confrontar la muerte de un ser querido? ¿Cómo enfrentar un desastre natural?

Guía de versículos de para circunstancias especiales.

Cómo ser un buen amigo

§     Proverbios 17.17 "Un amigo es siempre afectuoso, y en tiempos de angustia es como un hermano".


§     Lucas 10.25-37 " Un maestro de la ley fu a hablar con Jesús y para ponerlo a prueba le preguntó: Maestro, ¿Qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees?
El maestro de  la ley contestó:
Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu  mente y ama a tu prójimo como a ti mismo".....
 
§     Juan 15.11-17 "Les hablo así para que se alegren conmigo y su alegría sea completa. Mi mandamiento es éste: que se amen unos a otros  como yo los he amado a ustedes. El amor mas grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me  ha dicho. Ustedes no me escogieron a mi, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Esto es pues, lo que les mando: Que se amen los unos a los otros"

§     Romanos 16.1-2  "Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa en la iglesia de Cencrea. Recíbanla bien en el nombre del Señor, como se debe hacer entre hermanos en la fe, y ayúdenla en todo lo que necesite, porque ha ayudado a muchos, y también a mi mismo".

lunes, 29 de junio de 2015

No tengas miedo: "Cree solamente"

Miedo Lee en tu Biblia: Marcos 5: 21-43.
Muchas veces nos enfrentamos con situaciones que nos preocupan, nos inquietan, nos asustan. Nos creemos incapaces de superar un obstáculo, nos vemos sobrepasados por una circunstancia determinada. Tenemos miedo. Miedo de sufrir, miedo de perder. Y ese miedo, ese temor, nos paraliza, nos impide realizar aquellas cosas que planificamos, que soñamos, que deseamos. Puede que ese temor nos lleve a no decir lo que pensamos o sentimos, o a no participar de actividades políticas, o culturales, o gremiales, o de otro tipo; a no mostrarnos como somos, por miedo a perder un amigo, o un empleo, o una oportunidad, o por miedo al ridículo o al “qué dirán”.
El miedo siempre nos limita. Nos condiciona, nos disminuye. No nos deja “ser”.
Todo ser vivo que siente miedo busca ayuda, se acerca a quien puede ofrecer reparo, sostén, seguridad. Pero a veces nos parece no encontrar ese apoyo. A veces nos sentimos solos con nuestro temor.
El Señor Jesucristo nos dice: no tengas miedo, cree solamente. La fe nos dará la fuerza necesaria y suficiente para superar el miedo, para evitar que nos inmovilice, que nos deshumanice. Si creemos en Dios, si tenemos fe, podremos enfrentar nuestros desafíos cotidianos con la certeza de que el Señor estará con nosotros, a nuestro lado, para que demos lo mejor que podemos dar.
Confiemos en quien es camino, verdad y vida. Para poder caminar sin miedo, decir nuestra verdad sin temor, para vivir y amar sin cobardía.
Heladio Tron, Colonia Belgrano, Santa Fe, Argentina.

Mensaje del Moderador Oscar Oudri al Papa Francisco el 22 de Junio en Turín

Mensaje que Oscar Oudri, Moderador de la Mesa de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata, dirigió al Papa Francisco en la Iglesia Valdense de Turín el pasado lunes 22 de junio.

Queremos en primer lugar saludar al hermano Francisco, representante de la Iglesia Apostólica Romana, cuyo nombre trae a nuestra memoria las orientaciones evangélicas en las que se nutrieron los valdenses y el movimiento franciscano. Al mismo tiempo, saludamos a los hermanos y hermanas en la fe presentes en este acto.
Damos gracias a Dios por la posibilidad que, a través de la acción del Espíritu Santo, nos permite compartir estos momentos para dar testimonio del único Señor.
Nuestra Iglesia Valdense tiene la particularidad de ser una sola iglesia en dos áreas: la italiana y el Río de la Plata. Es en nombre de esta última que hoy estoy acá, para saludar este histórico acontecimiento, que sin duda marca un hito en las relaciones ecuménicas.
Damos gracias a Dios porque quedó atrás el tiempo de las persecuciones que trajo dolor y muerte a nuestras comunidades.
Hoy, el dolor y la muerte siguen presentes en nuestras sociedades. Creemos que, como discípulos de Jesús debemos aunar esfuerzos, para contribuir a modificar esta realidad contraria a la voluntad de Dios.
En el Río de la Plata durante las últimas décadas hemos hecho muchas cosas en común, en defensa de la niñez, juventud y ancianidad, de los pueblos originarios, de las mujeres, en la búsqueda de personas desaparecidas, en contra de las dictaduras y defendiendo la integridad de la creación, luchando codo a codo, aprendiendo del prójimo, sin importar su credo, parar mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos, todo lo cual nos ha fortalecido.
Deseamos que este camino ecuménico que elegimos, esté libre de intereses proselitistas, siempre muy tentadores, que opaquen el testimonio central que nos anima.
Pedimos a Dios que nos ayude en este camino de reconciliación, para cumplir el mandato del Evangelio de Juan: “…Sean uno, para que el mundo crea”.
Sería una gran alegría y bendición para nuestra región Río de la Plata, hermano Francisco, poder realizar un acto similar a este, en algunas de nuestras iglesias reformadas, para el cual queda ya invitado para orar y si es posible, tomar unos mates.

lunes, 18 de mayo de 2015

¡Manténganse unidos!

 tulipanes 
Lee en tu Biblia: San Juan 15:1-8

Es muy común que atravesemos por una situación de ruptura y separación. Con demasiada frecuencia afloran problemas en la pareja, en la familia, conflictos en el trabajo y, por qué no decirlo, también en la comunidad de fe. Es un problema tan antiguo que ya en el relato bíblico de Adán y Eva se muestra como tratamos de culpar al otro por causa de nuestras propias acciones. Una palabra inoportuna, un desaire, una acción ofensiva crea una distancia que después se hace muy difícil de remediar.
No hay soluciones mágicas, ni fáciles… Jesús nos exhorta a mantenernos unidos… ¡pero no a cualquier precio! Un matrimonio que sobrevive por las apariencias; relaciones interpersonales que se mantienen por hipocresía; soportar un trabajo porque se lo recibió por herencia familiar no puede ser aprobado por Dios.
Jesús nos exhorta a mantenernos unidos a Dios a través suyo no por obediencia ciega o sometimiento, sino por amor. Permanecer unido a Dios, no por tradición, miedo, sino por el amor “que es el perfecto lazo de unión” como dice Pablo. Todas nuestras relaciones interpersonales deben basarse en el amor. Solo así podremos evitar las desagradables y empobrecedoras experiencias de la división y alejamiento de los demás. Y, en las situaciones inevitables, el amor nos permitirá intentar la reconciliación a través del pedido o del ofrecimiento del perdón.
¡Oremos a nuestro Dios para que nos permita permanecer unido a él y a nuestros hermanos por medio del amor!
Darío Michelin Salomon, Pastor.

miércoles, 13 de mayo de 2015

FIESTAS DE LA COSECHA


En las comunidades de la Iglesia Evangélica Valdense de Argentina y Uruguay se celebra anualmente, en el ámbito campesino, la Fiesta de la Cosecha.  Antes de reflexionar sobre las raíces y el significado de la misma, corresponde precisar algunos elementos comprendidos en la palabra «fiesta». 

I. Fiesta. Para las culturas antiguas, la fiesta era un acto de culto colectivo que se celebraba anualmente con la sucesión de las estaciones.

Frecuentemente esas fiestas tenían relación con los misterios de la fecundidad de la naturaleza, siendo ésta el sujeto del milagro en sí. Al incorporar en su culto ese tipo de fiesta, Israel le da un nuevo sentido: son conmemoraciones de las grandes intervenciones y acciones de Dios en su creación. Desde los tiempos antiguos, las fiestas tenían para el culto de Israel y para la vida cotidiana de sus miembros, una gran importancia.

Originalmente, Israel celebraba tres grandes fiestas (Éxodo 23: 14-17). Se les llamaba «fiestas de peregrinación» porque se caracterizaban por una gran afluencia de peregrinos en marcha hacia el templo de Jerusalén. Las tres grandes celebraciones anuales eran: La fiesta de Pascua en conmemoración de la liberación de la esclavitud de Egipto; la fiesta de las siete semanas más un día (Pentecostés), cincuenta días después de Pascua, originalmente fiesta agrícola de reconocimiento por la cosecha de los primeros frutos de la tierra; la fiesta de las enramadas, fiesta de la cosecha de «fin de año» con la recolección de «todo lo sembrado.» Aunque resulte obvio el hecho de que si hay fiesta hay alegría, la Biblia subraya ese sentido de la alegría (Deuteronomio 16: 14).

Una alegría delante de Dios, el Creador y Sustentador del mundo y una alegría compartida con la familia, la comunidad de fe y la inclusión de los extranjeros.

Israel interpretó el sentido de las fiestas como celebraciones históricas, pero manteniendo la dimensión agrícola, como aparece en las fiestas de la cosecha. Dios es celebrado por ser el autor de los dones de la tierra y sus frutos.

II. Las fiestas de la cosecha 2015. Por ser clave en este tema, transcribimos el texto bíblico de Éxodo 23: 16: «Celebra también la fiesta de la cosecha de los primeros frutos de lo que sembraste en el campo, lo mismo que la fiesta de la cosecha de fin de año, cuando coseches todo lo que hayas sembrado.»

Aunque no sea posible establecer una relación directa entre las celebraciones de Israel descriptas en el Antiguo Testamento y las actuales fiestas en las comunidades valdenses rio-platenses, son evidentes las similitudes entre ambas. Citamos algunos elementos afines.

1. La presentación de los frutos del campo (cereales, animales, hortalizas, fruta, etc.) como ofrenda agradecida a Dios el Creador y sustentador de la naturaleza que hace posible la producción de abundantes frutos de la tierra.

2. La fiesta de la cosecha no es una celebración individualista, sino que comprende a la familia, a la comunidad de fe y a los extranjeros.

3. Con las ofrendas en la fiesta de la cosecha la comunidad vive la alegría, porque hay mayor dicha en el dar que en recibir.

4. Las ofrendas son una confesión de fe con la que se reconoce la bendición de Dios en la vida de cada uno de sus hijos y bendición en cada fruto de la tierra.

5. En la línea de las prácticas de las comunidades cristianas del Nuevo Testamento, las ofrendas de los miembros serán destinadas al sostén de la organización eclesiástica y fundamentalmente, en una fraternidad entre las congre-gaciones de distintas regiones, la ayuda será destinada a los más necesitados


III. Fiesta de la gratitud. Tanto originalmente como en la actualidad, el sentido de la fiesta de la cosecha es apreciado y ampliamente difundido en las comunidades campesinas. Pero, ¿qué pasa con las comunidades valdenses urbanas de Uruguay y Argentina? La respuesta nos conducirá luego hacia lo esencial del tema. Sin modificar el sentido original de la celebración, pasará a llamarse «Fiesta de la gratitud.» Los productos del campo serán sustituidos por las artesanías, los comestibles, la ropa, etc. Persiste el mismo espíritu de alegría, la alegría en el compartir fortaleciendo el sentido de la fraternidad, de la hermandad cristiana.

Llegamos así a lo esencial anunciado antes, esto es: la fe en Dios Padre Creador, Hijo Salvador y Espíritu Santo sustentador, constituye el fundamento de la vida cristiana que se expresará con alegría y sobre todo: con Gratitud.

El reconocimiento agradecido por el amor que Dios dispensa a la tierra y a su mundo es la fuente de una genuina alegría, porque para los corazones agradecidos no caben las penas y las lamentaciones.

Las fiestas de la gratitud, tanto para las comunidades campesinas como para las urbanas tienen así, un común denominador que es: la confesión de fe en Dios, el reconocimiento de su amor y las respuestas agradecidas concretadas en las ofrendas.

 «Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.» (Colosenses 3: 17)

Delmo Rostan

miércoles, 22 de abril de 2015

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Comentario bíblico-pastoral
Los israelitas fueron salvados por Dios en el Mar Rojo y de la opresión de los egipcios, quienes los mantenían como mano de obra barata, y se adhirieron al Dios de la Vida mediante el Pacto o Alianza, compromiso de fidelidad mutua. Por eso interpretamos la Ley del Pacto o de la Alianza como fuente de vida (cf. Sal. 19 y 119). La alianza es la expresión jurídica de la realidad espiritual y social que vive Israel con la liberación (¡Éx.20—23!). El Decálogo (Éx.20 y Deut.5) no es una declaración asfixiante sino que quiere mostrar un camino de vida. El término Torah precisamente tiene connotaciones de camino, ir más allá, ir en pos de, y se puede interpretar como enseñanza vital y comunitaria. Israel debe comprometerse y responder con su forma de vida en lo personal, en lo comunitario, en lo ritual, en lo social y hasta en el comercio. El plan de salvación de Dios en la historia se desarrolla mediante un diálogo con su pueblo. Dios va marcándole un camino de libertad (desde Egipto), aunque las condiciones de vida siguientes puedan ser extremadamente duras (el peregrinaje por el desierto), y el futuro aparezca como muy lejano y prácticamente inalcanzable (la llegada a Canaán, la Tierra Prometida). Pero en medio de todo ello Dios se revela a su pueblo otorgándole le Ley o Torah, cuyo centro es el Decálogo, el cual aparece dos veces en el AT. En otros pasajes también hay prescripciones similares. En la montaña del Sinaí se constituye la primera gran etapa de la promesa hecha a Abraham de ser el padre de un gran pueblo, un pueblo bendecido por Dios.1


1 Entre otros libros consultados mencionamos los siguientes:
J. SEVERINO CROATTO: Historia de la salvación – la experiencia religiosa del Pueblo de Dios, Bs.As., Ed. Paulinas, 1980, 5° edición.

JULIO R. SABANES: Libres para obedecer – reflexiones sobre los Diez Mandamientos, Bs.As., Ed. La Aurora, 1979.

Los Diez Mandamientos son orientaciones para la vida comunitaria. En lugar de decir ―ley‖ habría que decir ―instrucción‖ (Croatto). El sentido general del libro del Éxodo es que el Pueblo de Dios ha de ser un pueblo de personas libres o liberadas, a fin de que puedan consagrarse al servicio del Señor. Pero para ello son necesarias ciertas normas de convivencia grupal y social, así como normas dirigidas al reconocimiento del Dios liberador.

El Decálogo y toda la Torah no deben convertirse en una palabra asfixiante, ya que mostraban al Israel del A.T. (y al pueblo hebreo hoy) el camino de la salvación, de la justicia y la vida, y de la buena relación con Yavé, el Señor de la historia.

El plan salvífico se desarrolla a través de un diálogo entre Dios y el ser humano, particularmente con Israel, el Pueblo de Dios. El ser humano debe comprometerse y responder. Dios actúa primero, mostrándole al ser humano su bondad por medio de los hechos; y de esa manera el pueblo lo reconoce como Salvador.
La forma de expresión negativa "no harás", o similares, es la que prevalece en el Decálogo. ¿Por qué? Porque la formulación negativa llega a ser más precisa y puntual que la positiva. Se niega algo pero, por oposición, todo lo demás queda permitido. P.ej. una prescripción que diga "sé honrado" está bien; pero si se especifica "no mates", "no robes", se establece con exactitud aquello a lo cual se está aludiendo y prohibiendo. Entonces, fuera de las prohibiciones concretas, hay un cúmulo de posibilidades que se pueden abordar en el ámbito de la libertad humana. Sólo aquello que se observa como una falta a la convivencia comunitaria o al servicio directo a Dios es observado como condenable; el 2
resto de las acciones cae en la esfera de la libertad y, por lo tanto, queda en las posibilidades abiertas de vida de cada persona.
El Decálogo es una advertencia contra el volverse como los egipcios, un pueblo que no adora a Yavé como Dios de la libertad y del pueblo que lleva el germen de la promesa a Abraham. El Pueblo de Israel no debe perder la memoria histórica (cf. Deut.26:5-9), tanto de la esperanza de ser bendición para los demás pueblos como de la realidad de liberación de la esclavitud. La Torah es un fundamental mojón que marca orientaciones para la práctica de la justicia y santidad como pueblo elegido por Dios entre todos los pueblos del mundo. Si Israel se olvida de Dios y de la Torah, y pierde de vista su horizonte de esperanza para el mundo y no recuerda quién le dio la libertad, la soberbia y el egoísmo se apoderarán de él y cambiará entonces la verdadera adoración por la adoración a sí mismo.

La Torah es un principio-guía, una orientación para la vida. Pero es también un cúmulo de reglamentaciones (613 según la cuenta de los antiguos) que, según la religión hebrea, necesitan ser aprendidas, interpretadas y aplicadas en la vida diaria.
La palabra Decálogo significa "décupla palabra" (palabra Nº 10), cf.Deut.4:13.

"Yo soy": afirmación de presencia; Yavé es una Persona que interpela a su pueblo en un encuentro especial, privilegiado para Israel.

"Yavé, tu Dios": el Dios que nadie es capaz de poseer pero que se da a conocer a sí mismo como liberador. Israel es confrontado con este Prójimo que le regala la libertad, lo pone en camino, le orienta hacia la Tierra Prometida, le promete un futuro de bendición, y le pide fidelidad al Pacto de la Torah. Esto no es por capricho sino para que el pueblo libre aproveche su libertad a favor de una vida justa, santa y buena, que sea ejemplo para otros pueblos.

1º MANDAMIENTO: "No tendrás dioses ajenos delante de mí" (Éx.20:3 = Deut.5:7)

Es el de la fidelidad absoluta. No se trata, sin embargo, de una afirmación de monoteísmo puro, como sí lo es la declaración de fe de Deut.6:4-5 (el "Shemá Israel"). Pero el 1er. Mandamiento del Decálogo, en vistas del breve prólogo histórico que le antecede, exhorta a Israel a optar por Yavé, el Dios liberador. Israel tiene una historia reciente que avala este llamado al compromiso, ‗historia‘ que está tan viva en la memoria (y debe estarlo por generaciones) que Moisés y su generación eran quienes habían experimentado, ellos mismos, ese acto de liberación histórica.

Según Éx. 19:1-3:  "Al tercer mes de haber salido los hijos de Israel de la tierra de Egipto, ese mismo día llegaron al desierto de Sinaí. Habían salido de Refidím, y al llegar al desierto de Sinaí acamparon en el desierto. Israel acampó allí frente al monte, y Moisés subió a encontrarse con Dios…"
Por lo tanto no había que hacer un gran esfuerzo por vincular en sentimiento y pensamiento la salida de Egipto con la adoración a Yavé como el Señor por encima de todos los demás señores de los otros pueblos. Servir a Yavé era comprometerse con el Dios que les regaló la libertad y la esperanza de vivir en la tierra prometida a los primeros patriarcas. Jesús afirmará que es imposible servir a dos señores (Mt.6:24). O Israel está con los dioses sustitutivos, que apelan directamente a los fenómenos naturales como la lluvia, la siembra, el crecimiento de las plantas, las cosechas, y la fertilidad humana, o está con Yavé que actúa en su propia historia de pueblo acompañándolo en el camino por el desierto. El culto politeísta probablemente tenía más colorido y variedad, más fiestas con 3
danzas y ritos extravagantes (así piensa Julio Sabanes); en cambio el culto al Dios de Israel es más solemne y Yavé no es un dios visible directamente, pero sí experimentable por la vida de su pueblo y la intermediación de sus líderes Moisés y Aarón.
Según Sabanes, además, el monoteísmo hace posible la ciencia moderna por su concepción de la unidad de la naturaleza: el mundo tiene un único origen para todo lo que existe y se mantiene mediante un complejo sistema de leyes. El politeísmo, por su parte, dirige el alma hacia distintos aspectos de la realidad pero, en general, tomándolos como cada uno de ellos de manera autónoma, sin una causa común.

En Israel la tentación era la religión de Baal (fenicios, asirios y cananeos) con sus dioses de la fecundidad de las plantas y de las personas, de ahí que era práctica común en aquellos santuarios, como consecuencia de la veneración de la fertilidad, la denominada prostitución sagrada, es decir, las relaciones sexuales estimuladas y justificadas por la religión en los ámbitos religiosos, como un rito más. Tal práctica no corresponde a la original religión de Israel, pero en el tiempo de los reyes existirán los lugares altos donde sí se propaguen tales costumbres, aprovechando el paso de mucha gente a la vera de los caminos.

Jesús tuvo que enfrentar la tentación de violar el Primer Mandamiento (Mt.4:8-10). La visión y ambición del poder político, económico y social forma parte de la naturaleza humana, y Jesús fue tan humano como cualquiera de nosotros aún en ello; pero tuvo y pudo vencer tal tentación (cf. Heb.4:15), poniéndose en las manos de Dios para toda su actuación pública y su vida privada.
Afirma Paolo Ricca en su libro "Las diez Palabras de Dios" lo siguiente:

"La Biblia dice […] que Dios no es el obstáculo para nuestra libertad, el que nos la quita, nos limita, esteriliza nuestra libertad. Sino al contrario, Dios es el que inventa nuestra libertad, la re-inventa, nos la da continuamente. Es el que nos llama continuamente a tener el coraje de vivir como criaturas libres […]. No cualquier dios libera. Existe el dios que nos hace esclavos, la religión que nos fanatiza, que nos vuelve estúpidos, que no nos deja razonar, que nos quita el don del intelecto […]. El hombre en el fondo no ama del todo la libertad. La ama y la odia al mismo tiempo. Nuestra relación con la libertad es complicada, la queremos y le tenemos miedo. Cuando el hombre es esclavo, ama la libertad. Pero cuando la tiene no sabe qué hacer con ella. Vivimos esta gran paradoja".2
2 PAOLO RICCA: Las Diez Palabras de Dios – las tablas de la libertad y del amor, trad. del italiano y adaptado por Carlos Delmonte, C. Valdense, Uruguay, Iglesia E. Valdense del Río de la Plata, 2005, pp.16-17.

2º MANDAMIENTO: "No te harás imagen ni ninguna semejanza…" (Éx.20:4ª) – "No harás para ti escultura ni imagen alguna…" (Deut.5:8ª).

El Dios de Israel no es un amuleto u objeto que se pueda ver, palpar, experimentar físicamente, sino el Dios invisible que no admite comparaciones fáciles ni sustituciones manipulables. Las imágenes talladas eran típicas de los dioses de los pueblos vecinos. Una imagen es una representación de aquello que sustituye y por lo cual existe. Pero los humanos corremos el riesgo de quedarnos en la imagen y, de esa manera, sustituir a Dios por la representación que nosotros mismos nos hacemos. 4

La forma primitiva seguramente decía: "no harás imagen tallada" (es decir: una representación plástica) Todos los pueblos tienen tendencia a esto. Pero Dios no puede ser fijado, localizado, limitado por una representación. La imagen tiene el objetivo de conducir hacia lo que ella representa, pero asimismo tiene el peligro de reemplazar la ―meta divina‖ por el objeto mismo antes de que se llegue al encuentro con Dios. El ser humano, rápidamente satisfecho con lo visible y palpable, corre el peligro de no sobrepasar las apariencias, lo visible, lo físico, lo que se puede comprobar por los sentidos de la vista, etc.- La imagen tiene un poder casi mágico de captación de la persona, por lo tanto puede fácilmente transformarse en un ídolo, es decir, una representación que toma el lugar que le pertenece exclusivamente a Yavé, Dios, el Señor de la historia y la libertad, el Dios de Israel.

El Segundo Mandamiento trabaja por la liberación del Pueblo de Dios en la historia, desmitificando a la imagen y denunciando su poder de enajenación, algo que era común entre los diversos pueblos pero que, además, podía fácilmente infiltrar su influencia en Israel. Y de hecho pasó eso. Lo que prohíbe este mandamiento es crear artificialmente objetos que pretendan representar a Dios con fines de culto o veneración.

Y cuando Moisés baja del Sinaí se encuentra con que el pueblo ya se había hecho una imagen a la cual adorar (becerro de oro): Éx.32.

La historia de los jueces y reyes israelitas demostrará qué difícil fue cumplir este mandamiento: los ídolos, los santuarios de piedras, la serpiente de bronce, se convertirán en los objetos de veneración, por lo cual los reyes recibirán el juicio negativo de los historiadores hebreos.
El celo de Dios por la unicidad del culto se expresa en los versículos 5-6. La responsabilidad humana no es meramente individual, sino solidaria con los demás hombres. Las generaciones se encadenan y condicionan unas a otras para el bien o para el mal: condición humana que permite a cada individuo ser mucho más que sí mismo y recibir mucho de las demás personas. Si obra mal será para el castigo propio y de sus sucesores; si obra bien lo será para la bendición propia y de sus sucesores. Pero mientras que el castigo de Dios se aplica en forma ―medida‖, para las siguientes tres o cuatro generaciones, su amor es infinito con tal de que el creyente le sea fiel.

Cada uno de nosotros tiene en sí mismo el medio para fabricarse las imágenes: ¡la imaginación! Cada uno puede fabricarse un dios a su imagen y semejanza! Pero ello hace imposible la convivencia humana. Si bien es cierto que el ser humano está hecho a imagen de Dios, el hombre no es Dios, en todo caso la persona remite hacia Dios, busca a Dios, intenta encontrarlo de una u otra manera. Pero muchas veces lo convertimos en objeto de culto.3

3 Cf. la fundamentación de Croatto sobre la expresión del Génesis imagen y semejanza, en su primer libro dedicado al estudio del Génesis: J.S. CROATTO: El hombre en el mundo 1 – Creación y designio: estudio de Gn 1:1—2:3, Bs.As., Ed. La Aurora, 1974, Cap.9.


Jesucristo será la imagen perfecta del Padre (II Cor 1:4; Col 1:15; Jn 14:9).
Es ilustrativo leer estos textos proféticos:
Is 44:14-19 (vers. Reina-Valera Contemporánea):

"Tala cedros y toma madera de ciprés y de encino, que son árboles que crecen en el bosque; y planta pinos, que la lluvia hace crecer. 5

De estos árboles se sirve el hombre para quemarlos y entrar en calor; con ellos enciende también el horno para cocer panes; además, con esa madera se hace un dios, y lo adora; ¡fabrica un ídolo, y se arrodilla ante él!

Parte de la leña la quema en el fuego; con parte de esa leña prepara un asado y come carne, y queda satisfecho; luego se calienta y dice: ¡Ah, al ver el fuego entré en calor!

Con la madera sobrante se hace un dios, un ídolo propio, y se postra delante de él y lo adora, y entre ruegos le dice: Ponme a salvo, porque tú eres mi dios.

Esa gente no sabe ni entiende. ¡Tienen cerrados los ojos, para no ver! ¡Cierran su corazón, para no entender!

No se pone a pensar. No es capaz de razonar ni de entender, para decir: Si parte de esta leña la quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y me la comí, ¿con el resto de esa leña voy a hacer algo abominable? ¿Voy a arrodillarme delante de un tronco de árbol?"
Jer 10:3-5 (vers. Reina-Valera Contemporánea):

"Mantienen costumbres que no sirven para nada. Porque en el bosque cortan un árbol, y un artífice le da forma con un buril; luego lo adornan con oro y plata, y lo afirman con clavos y martillo para que no se mueva.

Se quedan erguidos como una palmera, pero no hablan; ¡y tienen que ser llevados, porque no pueden andar! No tengan temor de ellos, porque no tienen ningún poder, ni para hacer mal ni para hacer bien."
Hoy en día se llama ídolos a los astros del deporte, arte, música! Idolatría es el culto a los ídolos.

1. Se adora como dios, lo que no es Dios

2. Se transforman los medios en fin (liturgia, organización eclesiástica, edificios).

3. Se sustituyen las personas por cosas (consumismo, propaganda).

Dios no es el que alguien imagina, o el que yo supongo, o el Dios que nos gustaría tener para ponerlo a nuestro servicio. Él no tiene límites y no podemos ponérselos. Es Él quien nos los impone.
La Creación de Dios es maravillosa y comprende "el cielo…la tierra… y debajo de la tierra" (Éx.20:4). Puede ser tan admirada la Creación, y es justo que la tengamos por sorprendente, que una tendencia humana nos lleva rápidamente a querer ‗apoderarnos‘ de Dios mediante un pedazo de naturaleza y el trabajo que le podamos agregar. Este trabajo o acción humana puede ser, de hecho, un objeto material, aunque también puede ser una idea, un sentimiento, una ideología, una filosofía o comprensión de la vida, etc.- Aunque el objeto, entonces, sea para nosotros inmaterial, estamos utilizando nuestra mente, que también es una creación de Dios, como fetiche para sustituir al Dios liberador y creador de la verdadera adoración.

Yavé, el Dios del éxodo y la libertad, debe ser alabado y reconocido por sus obras, de las cuales la Creación entera es la que está como fundamento de todo.

El decálogo es una advertencia contra el volverse como los egipcios. El pueblo de Israel no debe perder la memoria histórica (Dt. 26: 5-9), pues de lo contrario la soberbia y el egoísmo se posesionarán de él. Fue Dios quien obró la liberación y es Dios quien continúa dando orientación para la fe y la vida. 6
"Ley" hebrea o Torah: no es algo que juzga y condena sino un principio que nos guía e indica una norma.

Jesucristo: vino a obedecer el sentido primordial de la Ley de Dios, no en sus detalles más pequeños (= 613 preceptos) sino en el sentido de la justicia y la misericordia según el Reino de Dios abierto para toda persona.

Nosotros: tendemos a ser moralistas rígidos para con los demás, pero relativistas con nosotros mismos.

3er. MANDAMIENTO: "No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano…"

En ambiente bíblico, el nombre de una persona expresa el significado de la misma. Un nombre no es una casualidad para denominar algo o a alguien ni un recurso para la memoria, sino el sustituto de la existencia real, la representación de lo que expresa. El nombre es presencia y acción del ser que es nombrado. La frase "yo te conozco por tu nombre" (Ex 33:12) significa una acción de Dios en el ser humano. Pero como el ser humano no puede poseer a Dios, es decir conocer su nombre por voluntad humana, Dios da a conocer su nombre revelándose a Moisés en el episodio de la zarza (Ex 3:13-15). Pero Dios no concretiza su nombre pues de lo contrario la persona humana moriría (Ex 33:20; Lv 16:2; Dt 18:16). Dios dice ―yo soy el que estoy (contigo)‖, y señala así su presencia y actividad. Esta auto-definición de Dios se relaciona con el verbo hebreo ser-estar, de donde sale el nombre Yavé = Yahveh = YHWH (en las consonantes que corresponden al hebreo).

El nombre Yavé implica el sentido de ―quien está aquí interviniendo‖. La referencia histórica que Dios da es la presencia entre los antepasados, los patriarcas. También significa ―yo soy el que estaré (contigo)‖, pues Moisés es llamado a una misión, ser instrumento de Dios para la salvación de los hebreos. Por ello el ―Nombre‖ de Dios (Yavé) tiene una significación histórica, un sentido proyectado para la historia de la Salvación.4

4 Croatto ha destacado el sentido de liberación y futuro en la interpretación del nombre de Dios YHWH (Yavé – Yahveh – o "Jehová" en la tradición cristiana). En lugar de abogar por un sentido de carácter filosófico como lo sería la traducción tanto del hebreo como del griego de la Septuaginta "Yo soy el que soy", Croatto expresa su convicción de que, en consonancia con el pensamiento práctico hebreo, la mejor traducción es la de optar por una expresión más concreta como "Yo soy el que estoy" o "Yo soy el que estaré". Se presupone asimismo que la auto-definición de Yavé como Dios de Moisés es, precisamente, una definición dirigida hacia el Pueblo de Israel y por lo tanto en proyección hacia la liberación futura de este pueblo. De la esclavitud en Egipto se pasará a la libertad rumbo a la Tierra Prometida. Para ello Moisés será el conductor de su pueblo y Yavé el Dios que provee la libertad a Israel. Entonces, más que una auto-definición filosófica o metafísica, la identificación entre el nombre de YHWH, el cual deriva de una forma verbal de "vivir", "existir", con la expresión enigmática "Yo soy el que estoy/estaré", apunta a la concreción de la libertad para Israel y del acompañamiento de su Dios. YHWH está en Egipto al lado de su pueblo; estará también durante la marcha por el desierto; y estará cuando las tribus de Israel entren en la Tierra Prometida. No los dejará huérfanos; por eso la auto-definición: "Yo soy el que estaré" (contigo: Moisés; o con tu pueblo: Israel).

El nombre YHWH entra en la composición del nombre de Jesús (Jesous en griego y Yeshua o Yehoshua = Josué en el Antiguo Testamento), junto con una forma del verbo hebreo salvar YSH. De ahí tenemos la fórmula Jesús = Yavé salva, Yavé salvador. Es decir, el nombre ―Jesús‖ se forma de ―Yavé‖ y de ―salvar‖.

"Tomar el nombre de Dios en vano": usar falsamente, mintiendo, perjurando. (Perjurar: jurar en falso, mentir, contradecir un juramento). Esa expresión se refiere a un uso supersticioso vinculado a la práctica de los exorcismos, talismanes, maleficios y encantamientos, cuya eficacia se pensaba que derivaba del empleo del nombre de la divinidad. Apoderarse del nombre y 7

utilizarlo era como poseer a la persona y hacer de ella lo que uno quiera. De alguna manera el 3er. Mandamiento se corresponde con el 2° Mandamiento en el sentido de que el Nombre de Dios, por más que sea la referencia a Yavé, el Dios de Israel, puede ser ―espiritualmente‖ distorsionado al convertirlo en una imagen, una semejanza a la cual se idolatra para fines individualistas o pseudo-religiosos.

Pero los creyentes no podemos servirnos de Dios por caprichos nuestros. Él es Salvador y está cerca de nosotros, pero es libre y soberano. Debemos servirle y celebrar su Nombre (Sal 99:3 / 103:1 / 145:21).
El peor pecado contra este mandamiento era el de la blasfemia, que es un atentado y ofensa contra la santidad de Dios: es una falta que debe ser castigada con la muerte, en ceremonia pública de lapidación (Lv 24:10-16). Jesús fue acusado de blasfemo (Mr 2:7; Jn 10:33 y 36) en el sentido de ―hacerse igual a Dios‖ en sus derechos y poder. En momentos finales de su vida, ante el Sanedrín, se confesó públicamente como el Mesías, hijo de Dios, que habrá de venir con poder, ante lo cual los religiosos judíos hallaron la prueba máxima para llevarlo a la muerte (Mt 26:63-66 y par.).

Jesús tendría que haber sido lapidado por los judíos, pero, según Jn 18:31-32, solamente los romanos podían aplicar en aquella época la pena capital, por lo cual Jesús es llevado ante las autoridades romanas para que éstas dispongan finalmente de la condena. El trasfondo psicológico es que, de esa manera, los religiosos judíos ―se lavan las manos‖ inteligentemente frente al pueblo al no ser ellos quienes matan físicamente a Jesús.
 
El juramento por Dios implicaba tomar a Dios por testigo, invocando su autoridad y comprometiéndolo como corresponsable de tal afirmación de carácter irrevocable hecha por un ser humano. En el Antiguo Testamento no se prohibió jurar, pero se lo consideraba como un compromiso personal inviolable (Nm 30:3), de ahí que cuando se lo hacía a la ligera, corría el riesgo de ser una profanación (Lv 19:12). Jesús, condenando la rutina a la que se había llegado con el no cumplimiento de los juramentos, expone como único y suficiente el principio que lo que estaba a la base del juramento: la sinceridad, la honestidad, la pureza del corazón manifestada en lo exterior. Siendo plenamente sinceros ("que vuestro sí sea sí y vuestro no, no"), los juramentos son superfluos (Mt 5:33-37). Esa es la forma de ―santificar el nombre de Dios‖, no usándolo vana y supersticiosamente, sino siendo sinceros en todo y no teniendo a Dios como amuleto.

En consecuencia, la solución hebrea ya desde tiempos antiguos fue la de no nombrar a Yavé por su nombre sino reemplazarlo por epítetos como ―el Señor‖, ―el Altísimo‖, ―Dios‖, ―Adonai‖, etc.; esta costumbre sigue vigente en el judaísmo hoy en día.

"Hablar en nombre de" (como los profetas) significaba hablar con la autoridad y por el encargo de esa persona. Así es el sentido de orar en el nombre de Jesús. Dios da a conocer en Jesucristo el contenido espiritual de ese nombre y el carácter que éste expresa (Fil 2:10-11).

¡Pero atención con la actitud de los fariseos hipócritas que menciona Jesús! También toma en vano el Nombre de Dios quien continuamente utiliza un lenguaje religioso, hablando en toda circunstancia del Señor y explicando y atribuyéndoselo todo a Él. ¿Dios es un comodín para explicar cualquier cosa? ¿Y los gobernantes (dictadores, militares) que juran con la mano en la Biblia? Hitler hablaba de la Providencia que estaba con él. ¿Y los cristianos blancos reformados de Sudáfrica que explotaban a los negros? 8

En la época de la colonia, los esclavos negros que se embarcaban desde África eran bautizados en los puertos de salida por un sacerdote para salvarles el alma, por si naufragaban en la travesía.

Jesús ora (Jn 17:4-6). Él manifestó en su carácter, vida, entrega, obediencia y sacrificio, lo que significa el nombre de Dios y el corresponderlo con la vida.
4° MANDAMIENTO: "Acuérdate del sábado (día de reposo) para santificarlo."

El 4º y el 5º Mandamiento son los únicos del Decálogo expresados en forma positiva.
Sábado: tiene un carácter ritual y una obligación práctica. "Santificarlo": consagrar a Dios ese día de una manera especial. Todo pertenece a Dios, pero para significar que Dios es el dueño de todo, una parte a la vez real y simbólica del tiempo pasa a utilizarse litúrgicamente. Lo mismo pasa con los lugares y edificios.

1) Dt. 5: 14-15 nos recuerda que el descanso es para todos, aún para los esclavos, pero todos los hebreos fueron esclavos en Egipto y los salvó Yavé. El sábado viene a ser la conmemoración semanal del cese de la esclavitud y del don del acto salvador de Dios. De la servidumbre a los egipcios se pasa al servicio a Dios, en quien todos son hijos libres (por lo menos aquél día). Día de comunión y alegría.

Además el futuro de la posesión de la Tierra Prometida será visto como el descanso después de las luchas y privaciones.

2) Motivación total: el sábado fue instituido a semejanza del reposo de Dios en el 7° día de la creación (Gn: 2:2-3) (Ex: 31: 13-17). Al acto de la Creación por parte de Dios le sigue la realización de una alianza con el mundo (Gn 9: 8-17). De ahí que el sábado es su recuerdo y presencia literal. Anuncia a su modo el actuar de Dios a favor de los hombres. El sábado ha de observarse durante todo el año y por parte de todos los miembros del pueblo de Dios (a diferencia de otras fiestas hebreas).
Con el tiempo y en especial después de la vuelta del destierro en Babilonia (S VI a.C) el Judaísmo se fue inclinando hacia el rigorismo ético y religioso y fue endureciendo y agravando las obligaciones de la Torah. Así ocurrió con el sábado, hasta convertirse en un legalismo a ultranza, al punto que en la época de Jesús no estaba permitido curar en ese día, ni arrancar espigas para comer, ni salvar a un accidentado (Mt. 12).

Éste no era el sentido que había que darle. Jesús se movió con libertad al respecto pues "el hijo del Hombre es señor del día de reposo", usándolo para el bien.

El sábado fue hecho para el ser humano y no al revés (Mc. 2: 27s)

3) El trabajo no debe convertirse en un fin en sí mismo, una ocasión para esclavizarse uno mismo, o esclavizar a los demás; el trabajo, siendo indispensable, es visto a la luz de la Creación por parte de Dios de todas las cosas y del mandato dado al ser humano de gobernar la tierra y procrear la descendencia.
Después de la Reforma penetró en la Iglesia protestante el puritanismo con muchas prohibiciones para guardar el domingo ¡Otro legalismo!. Ni esto ni la dejadez total son buenos. El Día del Señor no es, por lo menos en lo sustancial, un día de prohibición sino de alegría, gratitud y consagración. Nos enseña que el sentido de la vida no depende 9

solamente del trabajo, sino también de hacer una pausa, escuchar y dejar que Dios obre. Trabajamos para vivir, no al revés. Hay quienes no trabajan nunca porque no pueden por desocupación y/o falta de trabajo. Esto no puede ser, porque es signo de enfermedad social. El trabajo debe ser para todos y hecho en una forma útil y servicial.

Para los cristianos, el domingo anuncia la victoria de Cristo. En ese sentido, el día de reposo cristiano es una institución nueva. Pero Jesús resucitado es la Pascua para toda persona, la salvación dada por Dios a su nuevo pueblo, la humanidad, por lo cual el domingo es el memorial de esa Nueva Pascua.
5° MANDAMIENTO - Paráfrasis – "Concede toda su importancia a tu padre y a tu madre"…

Honrar, respetar, reconocer, darles la importancia debida. Los padres son instrumentos de Dios como fuente de vida y son para cada uno nuestros primeros prójimos. Dos prójimos inmediatos y anteriores.
La falta a este mandamiento merecía severos castigos y denuncias: la muerte (Ex 21:17) (Lv 20:9) (Dt 21:18-21), la maldición (Dt. 27:16), la pérdida de la sabiduría (Prov. 20:20). No hay en la Biblia ninguna indicación con respecto a la edad de los hijos o de los padres, porque los padres lo son toda la vida. Pero es claro que en los tiempos antiguos también se corría como hoy el peligro de menospreciarlos en su vejez y desatenderlos (Lv. 27:7) El decálogo está exhortando a los hijos a honrar y cuidar siempre de sus padres.

Este mandamiento es el único que añade una promesa: la de una vida feliz. El respeto a los progenitores entabla la solidaridad entre las generaciones y la continuidad de las experiencias de fe en el pueblo de Dios.

Jesús condena y fustiga duramente a aquellos que bajo pretexto de un voto o una promesa religiosa abandonan a su padre y a su madre y dejan de sostenerlos (Mt. 15:1-9).

Pablo aconsejará a hijos y padres una consideración recíproca que se deben de acuerdo con el ejemplo del amor de Cristo (Ef. 6: 1-4). Puede ser que humanamente hablando, en algunos casos el padre y la madre, o alguno de ellos, no merezcan ser honrados, pero en el Evangelio no se habla de méritos sino de gracia, y siempre existe la posibilidad de que también ellos sean acercados a Dios a través de nuestra fe y nuestro testimonio. Jesús podría no haber perdonado a sus homicidas, pero estando en la cruz, intercedió por ellos y les ofreció hasta lo último la voluntad de su Padre y también se acordó del cuidado de su madre terrenal (Jn 19: 26-27).

Los reformadores interpretaron este Mandamiento también en la proyección hacia otras personas y autoridades humanas que cumplen funciones diversas: abuelos, padres adoptivos, gobernantes, maestros, ministros, etc.

Hoy en día se habla mucho de los conflictos generacionales, de la crisis de la familia y de la disgregación temprana de sus miembros por motivos de trabajo o estudio en otros lugares. ¿Cómo se puede cumplir el 5° Mandamiento en una situación así?. Y téngase en cuenta que en el N.T. ese mandamiento está ampliado en su reverso: ¡las obligaciones de los padres hacia los hijos! (Ef. 6:4; Col. 3:21). La obligación es recíproca. El padre romano 10
tenía un poder absoluto en la familia, hasta los extremos de llegar a vender a un hijo como esclavo o castigarlo con la muerte. Además existía la costumbre de abandonar al recién nacido, máxime si éste era enfermo o deforme. Pablo está dando una tónica totalmente diferente a la vida de una familia cristiana.

En síntesis tenemos el siguiente panorama:

1) Las cosas cambian, las costumbres de una generación a otra también.

2) La disciplina exagerada de antes no se corresponde con el presente.

3) Existe libertinaje familiar y social, falta de límites por una mal entendida relación afectiva entre las generaciones, y por lo tanto hay una carencia de rumbos en muchas familias.

4) ¡Hay que estimular una vida familiar intensa, mutuamente respetuosa, y que sea un ámbito de gozo y comunicación!

Finalmente, para los creyentes no hay mas que un Padre de todos a quien debemos obediencia absoluta. Nuestros padres humanos no pueden ocupar el lugar de Dios. Primero hay que obedecer a Cristo, si es que las exigencias humanas no están conformes con su voluntad. Jesús puso bien en claro el lugar humano que ocupan nuestros padres (Mt. 10: 37) (Lc. 14: 26).
6° MANDAMIENTO: "No matarás".

Rasah (en hebreo): no viene utilizado más que para hablar de la muerte o del asesinato de un enemigo personal, para designar una determinada manera de matar, distinta al caso de una guerra. Se trata de la muerte provocada que niega la vida comunitaria. El ser humano es imagen de Dios, así que el homicidio es un atentado contra Dios mismo a través de tal semejanza.

Si bien existe en la Biblia la ley del Talión (Ex. 21: 22-25) no se trata de un ajuste de cuentas personal sino mediante la participación de los jueces, o de la comunidad en el caso de Lev. 24: 14-23. Y en el relato del primer homicidio, finalmente, luego de la condena, Dios perdona a Caín y lo protegerá de todo mal (Gén. 4).

Las historias de José, los Jueces, Saúl y David, y las guerras entre Judá e Israel están llenas de relatos macabros de muertes y guerras. Hay que tener en cuenta la naturaleza de las circunstancias y la crueldad de los tiempos antiguos. El hecho frecuente de matar al enemigo en la guerra, destruyendo a quienes intentaban destruir al pueblo elegido, no era considerado una violación del mandato.

Los profetas ya deploraron todo ello y denunciaron los procedimientos inadmisibles de los jefes y soldados (Abd. 10-11, Hab. 2: 5-13 y Am. 1: 3-15).

Jesucristo va a profundizar mucho el significado del 6° Mandamiento (Mt. 5: 21-26). La ira, el odio y la culpa son los orígenes del crimen, un intento espiritual de eliminar al prójimo, y por lo tanto ya llevan en sí la semilla de la violación del mandamiento. No es sólo el acto en sí mismo sino también la intención y el pensamiento, los que ensucian el alma humana. 11

Jesucristo mostró además a través de su palabra y su vida, que cada ser humano tiene dignidad por sí mismo y vale como tal ante Dios. Dio la vida por sus homicidas, perdonándolos, impidió que se aplicara la pena de muerte a la mujer adultera, a quien todos juzgaban y condenaban.

En nuestro tiempo se ha llegado a tener una conciencia generalizada del valor de la vida humana. Hay crímenes que ya no se castigan con la pena de muerte como antes; existen esfuerzos internacionales por ―humanizar‖ la guerra, creando leyes que deben respetarse en caso de conflicto. Se crearon organizaciones nacionales e internacionales para la salud, la alimentación, etc. Pero también es cierto que vinieron las guerras mundiales y la amenaza actual de destrucción nuclear y también todavía persiste la pena de muerte en algunos países.

Los primeros cristianos se negaban terminantemente a prestar el servicio militar, lo cual era causa de persecución por parte del Imperio Romano. Después, cuando el cristianismo fue admitiéndose cada vez más y llegó a ser religión oficial, se encontraron motivos que justificaban a los cristianos la participación en guerras. Agustín, Lutero y Calvino admitirán como última solución la toma de armas, cuando fuera por defensa o para sublevación contra un régimen injusto (Calvino).

Una cosa es cierta: para ganar un conflicto, el pueblo y los soldados deben ser impulsados a odiar a los enemigos: el que no odia no sirve para la guerra, porque el odio y la furia son la raíz del crimen, y también la base del poder y del coraje necesarios para obtener la victoria. Llegar a la guerra implica una decisión consciente y muy comprometida, de muchísimo riesgo personal y social.

Eutanasia: muerte misericordiosa, cuando una persona está en estado vegetativo y no tiene conciencia de sí. Implicados: familiares y médicos.

Aborto: ¿justificable? En ciertos casos, ―terapéuticos‖.
"Mata al prójimo quien le quita el sustento. Y derrama sangre quien priva de su salario al jornalero" Ésta es una enseñanza que afecta a muchos aspectos de la vida colectiva. 50.000 niños por día mueren en Asia, África y América Latina por falta de alimentos y salud; y todo como consecuencia de un sistema internacional injusto que hace a los países ricos más ricos y a los pobres más pobres. Trabajo insalubre, tortura, accidentes de tránsito (en USA murieron más personas por este motivo que en las dos guerras mundiales).

7° MANDAMIENTO: "No cometerás adulterio".

Va también a favor de la salvaguardia y propagación de la vida. La pareja humana en convivencia matrimonial o de orden similar es una institución deseada por Dios (Gn. 1:28 / 2: 24), en la cual debe regir la unión que nace del amor, un amor fiel. Todo lo que perjudica, altera o desvía la vida familiar, ―mancha‖ la sana convivencia. La infidelidad está severamente castigada en el Antiguo Testamento: Lev. 20: 10-21 / Dt. 22: 22. El amor conyugal es una forma de la participación en el amor privilegiado entre Dios y su pueblo, como proclamaban los profetas. 12
7° Mandamiento: "se amarán en el matrimonio y serán fieles uno al otro como el Señor ama a su pueblo, y como su pueblo debe amar a su Dios", significa en la fidelidad.

"Abandonar al compañero de su juventud y olvidarse del pacto de Dios" son la misma cosa (Prov. 2: 17) Y esto también es verdad al revés: Prov. 5: 18-23 / 7: 4-27. Tales recomendaciones se hacen tan insistentemente y vivas por la inconstancia y debilidad del hombre, por las pasiones que pretenden pasar por amor y que son todo lo contrario. Julio Sabanes cita el texto de Jeremías 7: 11, donde dice que van al Templo a tapar sus pecados mediante ceremonias, pero viven hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, ofreciendo incienso a Baal y otros dioses, haciendo del Templo una cueva de ladrones. No es extraño que en el Antiguo Testamento aparezca el adulterio como un grave pecado, sólo comparable con la idolatría (casi siempre el culto a los dioses paganos incluía también la participación de ciertas formas de prostitución sagradas).

Jesucristo proclamó: ―dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne‖ (como una misma persona, o una persona de a dos), el uno para el otro, en unidad plena en cuerpo, mente y espíritu.

Pero viene la rebeldía humana y lo distorsiona todo y falsifica la relación con Dios (Gn 3, caída). Algunas anotaciones sobre el pecado en la convivencia de pareja:

1) El pecado consiste en pretender usar al prójimo (esposo/a) como una cosa al propio servicio. Entonces hay que fingir y mentir para dominar al otro. En general la historia es una muestra elocuente de cómo la mujer ha sido sometida y subyugada, no solo mediante la fuerza bruta, sino también más o menos sutilmente, a través de las instituciones y usos sociales. Considérense, p.ej., los esfuerzos por llegar al sufragio femenino, las profesionales femeninas, el ministerio pastoral femenino, etc.
2) La 3ra. persona, la de la discordia: ―me realizo mejor con la o el otro‖. Se codicia lo que no corresponde, atentando contra la dignidad y seguridad del prójimo. El pecado no está en la realidad del deseo en sí mismo, sino en la concupiscencia: la codicia de lo que no me corresponde. Con la infidelidad sobrevendrá la destrucción familiar.

Todas las épocas de decadencia de las culturas se han caracterizado por una ruptura de los lazos familiares y por transformar el sexo en un fin por sí mismo, tanto en la práctica como en la literatura, las artes y los espectáculos. El matrimonio se transforma en una especie de contrato comercial que en nada se diferencia del que realizan dos personas para instalar un negocio: si éste no rinde, se rescinde el contrato, se declara en quiebra la firma y a otra cosa. Los promotores públicos son los artistas famosos.
Jesús criticó el divorcio de su tiempo porque significaba una vía libre –en la práctica- para las prácticas degeneradas de los varones que justificaban el cambio de mujer todas las veces que quisieran. Si bien su palabra muestra que todos somos adúlteros (presuponiendo al menos los varones heterosexuales: "el que mire a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón"), esa misma palabra extiende la fidelidad de Dios, aún tras la caída: "ni yo no te condeno; vete y no pegues más", al mismo tiempo advierte que ninguno es digno de arrojar la piedra de condenación.

Para la discusión:

1) El concubinato de parejas separadas ¿es adulterio?

2) Muchos abortos son producidos por consecuencia de adulterio o violación. Entonces ahí no va sólo la condena al acto en sí mismo del aborto sino también a la violación.
8° MANDAMIENTO: "No robarás".

Este mandamiento tiene por objeto la vida. El caso más grave es el de robar una vida humana; raptar un hijo y su esclavización (Ex. 21:16 / Dt: 24:7).
En lo que se refiere a la propiedad del terreno, vemos que se denuncia varias veces la extensión conseguida por fraude (Dt. 19:14; 27:17, etc.). También se insiste mucho en la honradez comercial a fin de que se guarde la exactitud necesaria en los pesos y medidas: Am 8: 5-6; Dt. 25: 13-16; Miq. 6: 10-11.

También es un robo retener el salario de un obrero: Dt. 24: 14-15; Lev. 19: 13. Si el préstamo a interés está permitido, no lo está sin condiciones, ni sin que se haga advertencia sobre los peligros. Y, en el caso de los pobres, el préstamo a interés se convierte en rapiña y crimen. Textos como Ex. 22:24; Dt. 23:20; Lev. 25: 35-38 y otros, condenan la usura contra los pobres. Los profetas se convirtieron en acérrimos defensores de sus derechos: Ex. 18:8, 13, 17 / Am 2: 6-7, 3: 10, 4: 1; 5: 7-13, 8: 4-6, etc.

En Lev. 25:23 se deja bien en claro el sentido sagrado de la tierra, no como derecho individual, sino de Dios. Todas las cosas son de Dios, el Soberano del mundo. El ser humano está puesto como administrador de su Creación (Gn 1: 28-30), como mayordomo de los talentos que son necesarios fructificar (Mt. 25: 14-30). Por tanto es responsable ante Dios de los bienes que se le han confiado.

Algunas puntualizaciones al respecto:

1) La tierra pertenece a Dios, los seres humanos han actuado generalmente como si fuera propia, sin distingo de ideologías ni sistemas políticos. La tierra es el principal medio de producción (alimentación), por lo tanto, acaparar la tierra es una forma de robo a Dios y a la humanidad.

2) Lo mismo ocurre con los otros medios de producción, fábricas, laboratorios, acciones, comercios. La complejidad de la vida y el desarrollo social permiten cada día nuevas formas de violación de este mandamiento: defraudar, adulterar alimentos, falsear declaraciones de impuestos, acaparar productos, especulaciones diversas.
3) El propósito de este mandamiento es proteger al débil del que es más fuerte, del que tiene mando, poder, fuerza o instrumentos para aprovecharse del trabajo ajeno.

4) Ej. bíblicos:

a) II Sam 11-12, David, Urías y Betsabé. Hay un reproche de Dios por medio de Natán el profeta.

b) Zaqueo, Lc. 19: 2-10.

5) Si en un pequeño país de América Latina hay pocas familias que poseen cientos de miles de hectáreas cada uno, es evidente que habrá cientos de miles que no tendrán ni 1 há. El ser humano, para ser realmente humano, necesita alguna forma de propiedad (considérese por ej. Los niños con sus juguetes, su ropa, etc.). Pero aquellos bienes que son necesarios a todos, la producción, el transporte, etc, que no pueden ser poseídos por todos, pero que a todos son necesarios, debieran ser patrimonio de la comunidad (propiedad social).

6) Jesús es nuestro ejemplo supremo. El se desvistió de su poder, prerrogativas y riquezas, y vino a este mundo como pobre para acercarse a todos. Pero el también todo lo otorga porque todo ser humano y aún sus bienes vuelven a su legítimo dueño, a fin de que no guardemos egoístamente nuestra vida sino que la hagamos fructificar. Ej: Hch 2: 42-47; 4: 32-3.5. Es el reverso positivo del mandamiento.

7) Edgardo Malán Rostagnol expresó que la tierra es primeramente de Dios, luego del Estado o la comunidad, y en 3er. lugar: mía. (revista Diálogo Nº 2).
Véase también: Horacio Dodino: "La Tradición Reformada y la legitimidad del cobro de intereses" (Mensajero Valdense, Mayo ‘86).

9° MANDAMIENTO: "No dar falso testimonio".

Se refiere originalmente a los testimonios que hay que prestar en los procesos. Esto se basa en la justicia ejercida por los jueces: véase Dt. 16: 18-20; Dt. 19: 15-21. Un ejemplo de falso testimonio es I Reyes 21, la viña de Nabot, y en especial Mt. 26: 59-62. También Hch. 6: 11-13 (Esteban).

En Lev. 6:2-7 (= 5: 21-26 en la Biblia de Jerusalén), se establece la conducta a seguir por un culpable de delito social del pueblo de Dios: la restitución de lo robado + 1/5 de lo robado, y un sacrificio de reparación en culto. El arrepentimiento público ante Dios y el sacerdote debe ser evidente, y Dios perdona queda dispuesto a perdonar, sacerdote y sacrificio mediante.

Falso testimonio: es el caso en que más gravemente se palpan las consecuencias de la mentira. p.ej. en Lev. 19: 11-12. Mentir al prójimo es profanar la santidad de Dios, quien nos creó.
La Biblia nos habla de muchas personas que en el pueblo de Dios no han observado este mandamiento: sobresalen los falsos profetas ("paz, paz, donde no hay paz"). Esto va minando las bases de la alianza entre Dios y su pueblo porque ésta es fidelidad, rectitud y verdad. La mentira no es sólo un engaño racional, sino también una huida al compromiso con la verdad y al andar en la Luz (I Jn).

Julio Sabanes se plantea lo siguiente (en sintonía con los postulados del Rotary Club Internacional):

1) Antes de levantar un testimonio contra alguien, cada uno debería preguntarse: ¿esto que voy a decir es rigurosamente cierto?

2) ¿Es necesario que lo diga? ¿es constructivo y sirve para redimir?

No se trata de ocultar la verdad diciendo cosas lisonjeras, sino de no levantar un falso testimonio. Mt. 23 nos enseña que Jesús criticó duramente a quienes se consideraban perfectos y autosuficientes e imponían descaradamente sus implacables juicios contra los demás, falseando la verdad de Dios y la dignidad del prójimo. (Ef. 4: 25-55).
Proverbios dice: "el testigo verdadero libra las almas". El que así hace, ayuda al Señor a que haga su obra de liberación en la vida de las personas. 15

10° MANDAMIENTO: "No codiciarás…"

"Casa" es igual a todo lo que pertenece al prójimo, todo aquello de lo que él tiene necesidad, todo lo que constituye y prolonga su vida personal. La enunciación de este mandamiento propone ejemplos de codicia posibles, pero su lista no es exhaustiva, sino que sitúa a las personas en la vida de la comunidad. La versión de Dt. 5:21 antepone a la codicia por la ―casa‖, la codicia por la mujer del prójimo, lo cual supone una evolución en el pensamiento con respecto a al mujer. Ella es lo más importante del prójimo, no sus pertenencias.

La obra divina de liberación ha de llegar hasta el corazón. El obstáculo lo pone la codicia; esclavizarse de los instintos, pasiones y caprichos. La codicia es una interrogación dentro de cada individuo: el corazón es el interior de la persona y no tiene por testigo más que a Dios. La codicia puede adoptar muchas formas:

1) la envidia (I Cor. 13: 4);

2) la avaricia (Lc. 12:15), que se convierte en

3) idolatría (Mt. 6: 24), la pretensión de ser como dioses. Adán y Eva cambiaron la libertad por el libertinaje, en contra de sí mismos, del prójimo, de la naturaleza y de Dios. El ansia de poseer títulos, prestigio y posición social se daba, p.ej., en los fariseos que disfrutaban los primeros asientos en las sinagogas y los mejores lugares en los banquetes. La codicia es el deseo irrefrenable de querer ser como los demás, el ansia desmedida de ser lo que otros son y que nosotros no podemos. La envidia excesiva carcome. La codicia promete una felicidad que no habrá de dar: ahí está su fracaso. El ser humano nunca podrá satisfacerse solamente con bienes materiales o conquistas temporales. Si así fuera, ésta sería la época mas feliz de la historia, y sin embargo notamos que los consultorios de los neurólogos, psicólogos y psiquiatras –especialmente de las grandes ciudades y de los países ricos- están llenos de gente insatisfecha, no por problemas económicos sino por motivos existenciales, problemas en el ser personal.

¡Cuántas guerras, justificadas por ideologías nacionalistas y "liberales" fueron consecuencia de la ambición del petróleo, las minas y el comercio!. La idolatría del dinero trajo como consecuencia el robo. En el Antiguo Testamento muchos pasajes dedicados a la codicia suponen inmediatamente el robo, el rapto o el secuestro (II Sam. 11-12), la muerte, la falta de reconocimiento y gratitud a Dios por lo que él nos da (como los hebreos cuando añoraban el relativo bienestar que habían dejado en Egipto y no valorizaban la libertad que les dio Dios).

Véase asimismo la falta de crecimiento espiritual (Parábola del sembrador (Mt. 13).

Álvaro Michelin Salomon

Basado especialmente en el comentario de Julio Sabanes al Decálogo:
"Libres para obedecer – Reflexiones sobre los Diez Mandamientos", Bs.As., Ed. La Aurora, 1979.