jueves, 10 de octubre de 2013

Día de la Reforma




Martín Lutero (1483-1546) nació en Eisleben, Alemania. Muy joven, luego de una experiencia no muy agradable, se metió en un convento. En la búsqueda de respuestas a sus interrogantes de fe, Lutero comienza a transitar el camino de la lectura de la Biblia y por ende el de la Reforma. Se puede decir que un siglo después de Huss, Lutero plantea nuevamente el tema de la Reforma de la Iglesia. Quiere que la Iglesia vuelva al Evangelio, pero no está dispuesto a romper la unidad.

Si bien trataba de tomar distancia de movimientos como el Valdense, el Hussita y el de Wiclif, no podía evitar que el pensamiento de esos grupos tuviera difusión y lectura.

En la época de actuación de Lutero (1500) desemboca toda una historia de años en los que muchos trataron infructuosamente de renovar la Iglesia. El punto central de su aporte estaba en la Justificación por la Fe.  A pesar de su esfuerzo por encontrar en la Iglesia de su tiempo la salvación, a través del cumplimiento y la obediencia a la doctrina, esto no fue posible.

En 1517 Lutero escribe 95 tesis (pensa-mientos), ideas para discutir con los pensadores de su tiempo. Estas ideas fueron más allá de lo que el autor pensaba. Recorrieron Europa. El más sorprendido fue el papa, que entendía que con esos pensamientos se atacaba la unidad de  la Iglesia (jerarquía).

Esto se desprende de las afirmaciones de Lutero que sostenían que entre Dios y los hombres no podía haber muchos mediadores (la virgen María, los santos, los papas, los obispos, los sacerdotes). Lutero sostiene que somos salvos por Gracia a través del único mediador Jesús.

Lutero, sin saberlo quizá, pero en la línea de Valdo, Wiclif, Huss y otros,  insistió en que la Biblia debía estar en manos del pueblo. Lo concretó traduciendo toda la Biblia al alemán.

Un acto que marca el momento de la ruptura de Lutero con la Iglesia Católica Romana, es el de la bula papal (documento oficial usado generalmente para dictámenes doctrinales) que lo excomulga.  Él quema públicamente ese documento y sostiene que «no reconoce más al papa como jefe de la Iglesia».

A partir de ahí podemos decir que se oficializa la Reforma Protestante o Evangélica.
Tomado de un Catecismo Evangélico de Historia de la Iglesia en uso en muchas congregaciones valdenses y en IERBA.

Felipe Melanchthon. Teólogo protestante de tiempos de la Reforma nació en Bretten (Alemania) en 1497. A los 16 años de edad obtuvo su maestría en artes por la universidad de Tubinga, mostrando una inteligencia prodigiosa. Como buen experto en griego y como humanista bien impuesto en los estudios bíblicos, pronto entró en el círculo de Erasmo, quien le admiraba. En 1518 fue a Wittenberg como profesor de griego y, ya en su primera conferencia pública, se ganó la admiración de Lutero, con quien vino a unirle una gran amistad que duró toda la vida. En Wittenberg absorbió pronto la teología de la Reforma, uniendo así su formación humanista y su gran talento con la fe bíblica correcta. En 1521 escribió su Loci Communes, la primera sistematización de las ideas luteranas en un libro que pronto llegó a ser el Manual de texto de teología dogmática de estilo luterano y que le fue de gran utilidad a Melanchton en sus contactos con otros protestantes de varias denominaciones y con los católicos. En cambio, le faltaba sentido práctico y manifestó ciertas debilidades en situaciones de conflicto. Sin embargo, apoyado por Lutero, ejerció gran influencia en el Coloquio de Marburgo (1529), donde se opuso a Zwinglio en el tema de la presencia de Cristo en la Cena del Señor, y redactó la Confesión de Augsburgo (1530) entre otros documentos que fueron muy importantes para la causa de la Reforma.

En Regensburgo (1541), Melanchton mostró su capacidad de diálogo, junto con Bucer, frente a los representantes católicos Juan Eck y Gaspar Contarini, con quienes llegaron a un acuerdo en cuanto a la justificación, acuerdo que se frustró por la dureza de posiciones de los sectores

respectivos a quienes ni unos ni otros llegaron a persuadir. En su afán ecuménico, Melanchton llegó a firmar los artículos de Schmalkalda (1537), y admitió que si el Papa permitiera la predicación del verdadero evangelio, le concedería su superioridad sobre los demás obispos. También sostenía que muchas creencias y ritos del catolicismo eran adiáphora = sin importancia y, por tanto, era tan legítimo admitirlos como rechazarlos. Con la derrota de las fuerzas protestantes en Mühlberg (1547), Melanchton propuso el Interin de Leipzig (1548), transigiendo con los católicos en un intento de salvar lo que se pudiera de las ideas luteranas en un contexto ideológico no luterano.
Sin embargo, fue un pensador independiente. Su doctrina sobre la Cena del Señor, se acercaba a la posición de Calvino; en cuanto al libre albedrío, se acercaba a Erasmo.
Tomado de: Biografiascristianosprotestantes.blogspot.com - Felipe-Melancthon.html


Juan Calvino. (1509—1565) Fue un católico francés que leía mucho y conoció los argumentos fundamentales del pensamiento luterano. Intenta junto con un grupo de intelectuales de su época, producir una reforma en Francia, especialmente en cuanto a la Misa. Esto fue rechazado por el Rey, quien además ordenó una dura represión contra los partidarios de la Reforma.

Así Calvino tuvo que huir de Francia. Es en ese tiempo de exilio que Calvino tiene un gran cambio («conversión») y comienza a trabajar para la Reforma en Basilea (Suiza).

Escribe la «Institución de la Religión Cristiana», un gran catecismo protestante o suma teológica. Podemos decir que expone las ideas de Lutero en una forma bien sistemática.

Hace varios viajes por Europa para hacer conocer el pensamiento de la Reforma. En uno de ellos se detiene en Ginebra, Suiza. En ese momento, Ginebra era todavía católica romana, aunque ya se sentía el avance del pensamiento protestante.

En un momento determinante, llega a Ginebra el Reformador Guillermo Farel. Este, que era un predicador de convicción, logra con ardientes exhortaciones convencer a mucha gente para que se haga protestante. Esto lo logra entre comerciantes y pueblo, aspecto que llama la atención porque hasta ese momento la Reforma «prendía» en los círculos intelectuales y profesionales.

Es necesario reconocer, sin embargo, que muchos se hicieron protestantes fundamental-mente para poder expulsar al obispo de la ciudad que no era querido.

Farel buscó a Calvino y le propuso transformar Ginebra, que según ellos, sólo pensaba en los negocios y en comer y beber bien. Calvino no creía estar capacitado para gobernar la ciudad, pero Farel insistió  hasta que Calvino aceptó  el reto. El trabajo era duro, había que convencer a la gente de que era necesario cambiar de estilo de vida. A pesar de las dificultades, Calvino, con su trabajo y su prédica, convirtió a Ginebra en una ciudad Reformada.

La tarea fundamental, estuvo, como en otros casos en el estudio de la Biblia. Cada mañana antes da los horarios de trabajo, se estudiaba la Biblia. Las explicaciones conmovieron a la gente. Así Calvino y los pastores que lo ayudaban, buscaban que la Reforma no sólo tuviese adhesión de corazón sino también de la mente. Paralelamente Farel y Calvino fueron estableciendo en Ginebra una disciplina (orden) muy severa, que provocó una revuelta contra ellos, guiada por los más ricos que eran los afectados por los principios morales aplicados de acuerdo a las enseñanzas de la Biblia.

A pesar de algunos conflictos, Calvino fue invitado nuevamente a conducir la ciudad. La reforma avanzó en Ginebra, no sólo moral y bíblicamente, sino también en el campo económico, en su organización económica.

Pero Calvino pensaba en su Francia y  allá quería llevar esta Reforma. Así, los Calvinistas desparramados por toda Francia, y aunque eran una minoría comenzaron a practicar las enseñanzas del reformador.

Se concretó el primer Sínodo, Asamblea democrática de pastores y delegados de Iglesias locales que se reunían a discutir los temas de interés (Biblia, Organización, Fe).  Quizá éste es uno de los puntos de mayor relevancia en la vida del Calvinismo Reformado. Calvino insistió en un aspecto de la fe del Nuevo Testamento: El Cristiano se siente seguro de haber sido elegido por Dios y destinado a la vida eterna.

Este pensamiento que a veces es llamado «predestinación», era para Calvino el mensaje de la elección de Dios que sostenía a los hombres en su fe.

Ulrico Zwinglio (1484-1531.) Era sacerdote, capellán de las milicias suizas que combatían en Italia. De regreso de esa campaña, comienza una dura lucha contra esa institución de milicianos. Conoció los escritos del humanista Erasmo y del propio Lutero y comenzó a profundizar en el contenido de la Biblia, y así a descubrir un mensaje novedoso para él. Llegó luego a la conclusión de que la Biblia era la única norma para el cristiano. En ese punto ya estaba comprometido con la Reforma. A todo esto, el Obispo del que dependía Zwinglio, envía emisarios para reprimir innovaciones hechas por él, pero la prédica y la influencia de la Biblia llevaron a los habitantes de Zurich a romper su relación con el papa y convertirse como Ginebra en una ciudad independiente y Reformada.


Zwinglio creía que la autoridad final era la comunidad de fe y que esta autoridad se ejercía  a través de los órganos constituidos.
Se podría decir que ese pensamiento llevó a que Zurich produjera reformas más radicales en el culto, que las que promovió Lutero... Se negó carácter sacrificial a la Misa, se sostuvo que la salvación es por la Fe y que Cristo es la única cabeza de la Iglesia.

Se abolió el pago de derecho por bautismo y sepelio y se destinaron los monasterios para escuelas.

Un aspecto separaba a Zwinglio de Lutero. Mientras Lutero advirtió la presencia real de Cristo en la Santa Cena, Zwinglio entendía la frase «éste es mi cuerpo» como simbólica, es decir que era un memorial.

Tomado de un Catecismo Evangélico de Historia de la Iglesia en uso en muchas congregaciones valdenses y en IERBA.