jueves, 24 de julio de 2008

Dios habla hoy

Quiero compartir con ustedes en este número dedicado a La Biblia, un pequeño esbozo (editado por mi) del teólogo Pablo Richard sobre como accede al texto bíblico en la lectura comunitaria o personal. Que Dios nos permita volver a encontrarnos con su Palabra y que ella transforme nuestra vida.
Su pastora

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1. Qué dice el texto?
La lectura orante, comunitaria o pastoral de la Biblia, no es solo un estudio del texto, sino un encuentro vivo y personal con la Palabra de Dios. El punto de partida es descubrir lo que dice el texto. No leer en el texto lo que ya tenemos en la cabeza. Leer el texto en toda su objetividad, totalidad, unidad y personalidad. Debemos meternos dentro del texto, con nuestras manos, nuestro corazón y nuestra mente, para ”sacar” todo su mensaje.
2. Qué me dice el texto?
La tarea siguiente es descubrir el sentido espiritual del texto. Escuchar la Palabra de Dios que me habla personalmente en el momento mismo cuando leo el texto. No basta solo leer el texto, sino hacer hablar al texto para escuchar la Palabra de Dios que me habla directamente a través del texto. Nosotros no creemos en un Dios que habló en el pasado y que hoy está mudo, creemos en un Dios vivo que nos habla hoy.
3. Cuál es mi respuesta a la revelación de la Palabra de Dios?
No se puede escuchar la Palabra de Dios y permanecer callado. Nuestra oración debe ser en primer lugar escuchar a Dios y luego responder a su Palabra. El texto propio bíblico me enseña a rezar. El texto me da las palabras, la gramática y los símbolos para orar. Muchas veces en nuestra oración hablamos demasiado, pero no hacemos silencio para escuchar a Dios.
4. Cuál es el cambio de vida que me exige escuchar la Palabra de Dios?
No se puede escuchar a Dios y seguir siendo el mismo. El texto lo podemos escuchar y entender solamente si estamos dispuestos a una conversión. Si no somos capaces de escuchar la Palabra de Dios, es porque aún no nos hemos convertidos.
5. El Libro de la Vida y el Libro de la Biblia
La Biblia capacita nuestros ojos y oídos para transformar toda la realidad cósmica e histórica en una gran revelación de Dios. Debemos escuchar la Palabra de Dios con un ojo en la Biblia y el otro ojo en la realidad donde vivimos. Al descubrir que el Libro de la Vida es el primer Libro de Dios, ya empezamos a “salir” del texto de la Biblia hacia el “texto” de la Vida. Esta perspectiva es lo que justifica el método VER-JUZGAR-ACTUAR. Primero hay que mirar la realidad, para en un segundo momento, poder juzgar y discernir en ella la Palabra de Dios.
6. La Palabra de Dios se revela para que nuestros pueblos tengan vida
La Palabra de Dios nos transforma en discípulos y discípulas del Reino de Dios, para que nuestros pueblos tengan vida. “Yo vine para que tengan vida y la tengan en abundancia “(Jn 10,10). Vida significa concretamente: tierra, trabajo, educación, salud, participación y gozo para todos. El estudio o la enseñanza de la Biblia, tiene sentido pleno en la construcción de una sociedad donde quepan todos y todas en armonía con la naturaleza, en la fe de que otro mundo es posible y que es posible construir los sujetos históricos que lo hagan posible.
7. El Espíritu Santo es el que hace posible el estudio y la Lectura Orante de la Biblia

“El Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todo y les recordará todo lo que yo les he dicho” (Jn 14,26).